Sábado 27 de Abril de 2024

Investigadores de la Universidad Austral son parte del desarrollo de fármaco contra el dolor crónico

Desarrollaron un nuevo fármaco para tratar el dolor crónico de origen neuropático e inflamatorio. Los ensayos pre-clínicos mostraron que una sola dosis genera un efecto analgésico de entre 35 y 42 días de duración.


  • Martes 31 de Octubre de 2023
Dolor crónico

Un grupo de investigadores de la Universidad Austral, en colaboración con el Instituto de Ciencia y Tecnología César Milstein, desarrolló un nuevo fármaco para tratar el dolor crónico de origen neuropático e inflamatorio.

El fármaco, llamado IMT504, es una secuencia de ADN que al ser inyectada envía una alerta al sistema inmune para que el organismo elabore una respuesta analgésica y anti-inflamatoria para restaurar el daño.

El equipo de investigación está liderado por los doctores Alejandro Montaner, Pablo Brumovsky, Marcelo Villar y el economista Gustavo Álvarez. Se trata de un grupo de 15 investigadores, integrado por biólogos, bioquímicos, técnicos y médicos del Instituto de Investigaciones en Medicina Traslacional (CONICET-Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral) y del Instituto de Ciencia y Tecnología César Milstein (CONICET-Fundación Cassará).

Para llevar adelante este desarrollo crearon Immunalgia Therapeutics, una start-up biotecnológica a través de la cual aspiran a llevar al mercado esta tecnología disruptiva

Los ensayos pre-clínicos mostraron que inclusive una sola dosis de IMT504 genera un efecto analgésico de entre 35 y 42 días de duración.

La etapa siguiente, que ya fue aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), es probar la seguridad del fármaco en voluntarios sanos, un proceso que se iniciará durante noviembre y demandará seis meses.

Si los estudios clínicos de Fase 2 demuestran la seguridad y efectividad del nuevo fármaco, se convertiría en el primer desarrollo realizado integralmente en el país para brindar tratamiento al Síndrome de Dolor Regional Complejo.

La caracterización del nuevo fármaco “demandó una inversión aproximada de 500 mil dólares en la fase inicial y pre-clínica, a la que se le sumarán 350 mil dólares adicionales de distintas fuentes públicas y privadas para el testeo clínico”, sostuvo el Lic. Alvarez.

Cuando se obtengan los resultados de la Fase 1, Immunalgia Therapeutics solicitará la autorización de ANMAT para avanzar con las pruebas en pacientes con dolor. La patología elegida será el Síndrome de Dolor Regional Complejo, una enfermedad huérfana de tratamiento que afecta los miembros superiores o inferiores y suele aparecer después de una lesión traumática o de intervenciones quirúrgicas electivas, aunque también puede originarse sin causa aparente. Se la conoce también como alodistrofia, causalgia o distrofia simpática refleja.

“El dolor que sufren estos pacientes se asemeja al dolor de la mujer durante el parto y es altamente incapacitante. Por su parte, la terapéutica disponible para estos pacientes suele ser compleja, multifactorial (fármacos, abordajes intervencionistas, kinesiología), y de difícil pronóstico”, destacó Brumovsky.

Si los estudios clínicos de Fase 2 demuestran la seguridad y efectividad del nuevo fármaco, se convertiría en el primer desarrollo realizado integralmente en el país para brindar tratamiento al Síndrome de Dolor Regional Complejo. En función de los tiempos que demanda la etapa clínica y las aprobaciones de las autoridades regulatorias, desde Immunalgia Therapeutics estiman que el fármaco podría estar disponible en el mercado en cuatro años aproximadamente.

Este desarrollo es un ejemplo de potenciación de capacidades porque involucra a dos Institutos de Investigación: uno asociado a un laboratorio farmacéutico (Cassará) y otro ligado a la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral que conforma, junto al Hospital Universitario Austral, el Centro Académico de Salud.

“Esta sinergia permite integrar, por un lado, el desarrollo farmacéutico, los aspectos regulatorios, la producción bajo normas de calidad y, por el otro, las necesidades terapéuticas y los aspectos médico-científicos”, sostuvo Montaner.

“Más aún, resalta el valor de la evidencia científica como base de sustentación para proyectos de impacto en un área de la salud críticamente necesitada como lo es el tratamiento del dolor crónico”, agregó el Dr. Brumovsky.

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