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Un joven pilarense de 23 años pagó la suma de 500.000 pesos a una banda de falsos policías que lo extorsionaron, amenazando con detenerlo por haber mantenido contactos virtuales con una supuesta víctima de una banda de trata de personas.
Los delincuentes utilizaban una página de encuentros sexuales para concretar el delito. Y hasta el momento, las autoridades detuvieron al jefe e identificaron a otras tres personas en el expediente.
Según informó el diario Crónica, los voceros del departamento judicial de San Isidro revelaron que el líder de la organización, un hombre de 33 años, fue apresado por los efectivos policiales destinados en la Subdelegación Departamental de Investigaciones (SubDDI) de Pilar al cabo de un allanamiento que se realizó en una finca situada en Ricardo Palma al 1800, en el partido de Lomas de Zamora; mientras que los otros sospechosos resultaron ser un individuo de 21 años, y tres mujeres de 21, 35 y 45 años.
De acuerdo a lo manifestado, los demás operativos se llevaron a cabo en domicilios ubicados en Roma al 200, en Hurlingham; y en Yerbal al 400, en el barrio Santa Rita de Boulogne, partido de San Isidro, secuestrándose en estas diligencias equipos y dispositivos electrónicos, que la banda delictiva utilizaba en la consumación de la ilícita maniobra.
Se cree que una joven de 21 años, era la persona que aseguraba ser prostituta, para de esa manera, con el nombre falso de Camila, captar a potenciales víctimas de la organización de estafadores.
La investigación comenzó a partir del 11 de enero pasado, cuando la víctima pilarense mantuvo contactos virtuales en un portal de encuentros sexuales con una chica que le señaló que era prostituta y que le llegó a enviar fotos de ella en ropa interior.
Posteriormente, el joven empezó a recibir llamadas vía WhatsApp, donde individuos que afirmaban ser efectivos de la División Trata de Personas de la Policía Federal Argentina amenazaban con detenerlo, asegurando que la chica con la que se había contactado era una menor obligada a ejercer la prostitución tras ser captada por una banda dedicada a la trata de personas.
Los falsos uniformados extorsionaron a la víctima y le exigieron el pago de dinero para no apresarlo. Asustado por esta amenaza, el damnificado pagó y a su vez hizo diversas transferencias bancarias, por un valor de 500.000 pesos, hasta que luego de darse cuenta del engaño de los delincuentes, resolvió denunciar la situación ante la Justicia.
El hecho fue caratulado como “extorsión” e intervino el fiscal Andrés Quintana, de la Unidad Funcional N°2 de Pilar.
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