El próximo 1 de abril, Álvaro Biderman, un joven de 24 años oriundo de Pilar, emprenderá viaje hacia los Estados Unidos en busca de cumplir el sueño de su vida. Lo llamativo de la travesía, es que recorrerá más de 13 mil kilómetros a caballo hasta la ciudad de Nueva York, lo que estima que le puede demandar entre cinco y siete años.
Álvaro se crio en el distrito, realizó sus estudios en el Colegio Parroquial Nuestra Señora del Pilar. Desde su niñez, siempre fue un apasionado por los caballos y del campo, más allá de no venir de una familia con esas tradiciones.
“Desde chico jugaba en el living de mi casa con un sillón a que era un cowboy del Lejano Oeste, jugaba horas y horas que estaba recorriendo las aventuras del Lejano Oeste”, comentó en diálogo con Resumen.
Allí fue donde nació el sueño. Sin embargo, cuenta que todo arrancó en pandemia: “me di cuenta que la vida y el tiempo son muy relativos y todo pasa rápido, por lo que me empecé a cuestionar qué sentido tiene esta vida. El sentido del viaje es soñar en grande, ver y vivir la vida de otra manera. Yo soy un ejemplo vivo de que se puede vivir la vida conquistando un sueño y en ese proceso encontrar un sentido y un propósito más profundo de esta existencia”.
Asimismo, agregó: “en un proceso de introspección, que duró años, me di cuenta que el sueño que cada uno tiene sembrado en su corazón, es el vehículo con el que Dios nos creó para que encontremos el sentido de la vida. Hoy mi sentido es transformar el mundo, hacer el bien, que mi existencia valga la pena y encontré este viaje para mostrarle al mundo e inspirar a la gente el sentido más profundo de la grandeza que nos rodea, siendo el caballo un ejemplo de ello”.
A los 18 años Álvaro se fue a vivir cerca de Chascomús para trabajar de peón en una estancia de cría y recría de bovinos y caballos. “Por esas cosas de la vida, el chip que nos imponen, yo me fui del campo diciendo que tenía que tener un título universitario, porque si no, no iba a ser nadie en la vida y no tener futuro. Cuestión que volví a la ciudad después de cuatro años intentando estudiar, pasé por tres carreras universitarias, hasta que me di cuenta que el modelo educativo tradicional no se ajustaba a mi manera de adquirir conocimiento”, indicó.
“Descubrí que cuando uno se pone el foco en vez de generar riquezas económicas o una carrera profesional, te pones el foco de la vida cotidiana, que sea conquistar tu sueño, vas a encontrar algo llamado plenitud. Hace ochos meses me fui a vivir a Chapadmalal ya que quería recordar el amor que tenía por los caballos y el campo. Allí, descubrí mi verdadera pasión y hoy, básicamente, soy mi sueño. Recorrer el mundo a caballo, ayudando e inspirando a las personas a que se puede ver y vivir la vida de otra manera”
En cuanto a la travesía, Álvaro señaló que es un equipo formado por tres caballos criollos y un jinete, y que la ruta de viaje comprende salir desde Buenos Aires hasta Salta; de ahí, recorrer el cordón cordillerano de Los Andes; cruzar Colombia, Panamá costeando todo el Pacífico, México y atravesar Estados Unidos hacia la ciudad de Nueva York.
“Teniendo en cuenta que este viaje seguramente lo voy a hacer una única vez en mi vida, quiero relacionarme con la gente, conocer el mundo bien de adentro, el que no te cuentan todos los rincones y nuestro objetivo va a ser que los tres caballos, que son los protagonistas de este viaje, se relacionen con todo lo que nos crucemos. Entonces, vamos a intentar hacer eventos en cada pueblo, relacionarnos con la gente, dar charlas inspiracionales y también, otros proyectos de impacto social que estamos craneando para dejar una semilla linda”, expresó.
A su vez, contó como sería la vuelta y si este sueño se expandiría a otras partes del mundo: “Una vez que lleguemos a Estados Unidos, ahí vamos a replantear y ver si realmente la energía mía interna está para seguir conquistando todo el mundo a caballo. Obviamente, cuando lleguemos allá, los tres criollos van a volver cada uno para sus pagos y si seguimos la travesía en la Península Ibérica, vamos a buscar otros para seguir por todos los continentes restantes”.
Rápidamente, surgió la duda de si los caballos están preparados para tanto recorrido y esto explicó: “los caballos están totalmente preparados para esta travesía, está en su esencia. El caballo es un animal salvaje que está hecho para andar libre por pueblos, por montañas, por caminos, por bosques. Me voy con tres para darles descanso, para tener una rotación entre los caballos y que puedan andar tranquilos. El tiempo no nos presiona, es disfrutar del camino”.
El joven asegura que “el objetivo de mi vida es cumplir este sueño y en el transcurso ayudar a mucha gente. Quiero inspirar a las personas a que miren más allá de los ojos y el caballo es un ejemplo vivo de esta demostración. Que hay un mundo más allá de la superficialidad de un animal, es un mundo para explorar, donde el ser humano en conexión con los animales y con el caballo puede encontrar muchas respuestas de su vida”, concluyó Biderman en comunicación con Resumen.
En cuanto a la repercusión que tuvo su historia en las redes sociales, Álvaro aprovecha ese medio para inspirar a más personas. Pueden conocer más sobre su sueño en su perfil de Instagram (@alvarorevolucionario) donde, además, irá compartiendo cada momento del viaje una vez emprendido.
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