Luego de que un puñado de vecinos se hiciera eco de la situación de un histórico edificio del centro pilarense, el exconcejal Gustavo Trindade tomó cartas en el asunto, y presentó un proyecto ante el Concejo Deliberante para que “Carnicería El Águila” sea declarada “patrimonio cultural, arquitectónico y urbanístico del municipio de Pilar”, y así lograr la protección edilicia.
En la iniciativa, el expresidente del cuerpo legislativo, se refiere a la puesta en venta del lugar ubicado sobre la calle Rivadavia en pleno casco céntrico, y asegura que “hay un Pilar que ya no existe, sin protección, muchas construcciones emblemáticas fueron demolidas y las que sobreviven, luchan por no desaparecer en manos del progreso”.
Asimismo, recuerda que “en su momento la posible demolición de la galería Pilar Plaza, en la esquina de San Martín e Hipólito Irigoyen, para instalar en su lugar un centro comercial, puso en agenda la necesidad de salvaguardar los edificios de valor arquitectónico e histórico de Pilar”, y es por eso que “existe una ordenanza de 2014 que establece la protección de los edificios históricos del distrito”.
En ese sentido, Trindade manifestó que “aún sobrevive un puñado de edificios que reclama urgente resguardo, tales como el ubicado en Rivadavia al 900, donde se erige una de las esculturas más famosas del centro de Pilar. Un águila que durante décadas fue la insignia de la carnicería homónima y que hoy sigue mirando altiva al horizonte pilarense”.
La obra data de 1917, año en que fue edificada la fachada por el constructor Domingo Topazzini. La propiedad pertenecía entonces a Jacinto López, y pasando por varios arrendatarios siguió en el rubro hasta 1975, pero luego cerró sus puertas y con el tiempo fue la sede de distintos comercios.
Ahora, ante la posibilidad de una venta y la demolición o refacciones que podrían devenir de esta, Trindade afirma que “es una necesidad proteger edificios históricos para evitar la pérdida del patrimonio arquitectónico”, algo que “fue y será una deuda pendiente en Pilar”, debido a que “ya no quedan casas del 1800 pero al menos hay que empezar a proteger a las del 1900 porque si no en algunas décadas vamos a estar con el mismo problema”.
Con el pedido realizado desde su persona, el exedil reconoce que desde su lugar es difícil elaborar proyectos que sean tenidos en cuenta por el Ejecutivo, por lo que “tendría que tomar la posta algún concejal y reactivar el tema entre sus pares. Para un ciudadano común es muy difícil que se le tenga en cuenta algún pedido al respecto”.
Y finalmente, en vistas de la situación actual, cerró: “Lamentablemente venimos de administraciones municipales que designan en áreas específicas a personas que no son pilarenses ni viven en Pilar, y a los que no les importa la historia de nuestro distrito. Quienes terminan su horario de trabajo y regresan a sus hogares en Capital Federal u otras zonas del Gran Buenos Aires. No se cuida lo que no se ama y no se ama lo que no se conoce”.
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