Este jueves, el Colegio Parroquial de Pilar conmemoró su 40° aniversario en un emotivo acto realizado en su campo de deportes, ubicado en las calles Uruguay y Misiones, en el barrio Pilarica. En primer lugar se realizó una misa en donde se habló sobre el colegio y la intención evangelizadora de la creación del colegio. Luego se bendijo una placa conmemorativa y una bandera institucional.
El acto contó con la presencia de la imagen de la virgen Nuestra Señora del Pilar, símbolo de fe y devoción en la comunidad educativa, y fue el punto central de una jornada cargada de homenajes.
En diálogo con Resumen, Claudia Pérez, vicedirectora del colegio primario y con 34 años de trayectoria en el Parroquial, dio detalles de lo que significa para ella esta institución.
“Siento como si tuviera una camiseta del Parroquial que la llevo a todos lados, mi corazón late por este colegio y me dio lo mejor, para mí es un estilo de vida”, destacó. “Mi primer gran experiencia con este colegio fue en el 90 con un primer grado, tenía tan poca experiencia como docente que cuando me paré en frente de tantos niños pequeños, sentí que tenía una responsabilidad enorme y que no sabía cómo iba a hacer para enseñarles a leer y escribir”, agregó.
Durante la celebración, se presentó una placa en reconocimiento al Padre José Ramón de la Villa, impulsor fundamental en la creación del colegio. Este sacerdote, quien fundó la institución el 8 de marzo de 1984, fue honrado por su incansable labor y compromiso con la educación de los jóvenes de Pilar. En su discurso, los representantes del colegio destacaron su dedicación, calificándolo como una figura clave en el crecimiento y consolidación de la escuela.
“El cambio que más impactó en esta institución fue la pérdida de representación del Padre José Ramón a fines de 2009, que fue quién nos formó, teníamos la representación y la pertenencia que él nos había otorgado. Luego hubo cambios positivos como la incorporación en 2012 del nivel inicial y la construcción en 2022 del primario en el campo de deportes”, destacó Pérez sobre los cambios que más impactaron en la institución.
Desde sus inicios, el Colegio Parroquial fue un faro de educación y valores en el distrito. Su creación se remonta a la década del 80, cuando un grupo de estudiantes de segundo año de secundaria, provenientes del Colegio Marista, fueron recibidos en Pilar tras el cierre de dicha institución. A partir de ese momento, bajo la dirección de José Ramón de la Villa, el colegio comenzó su andadura, con el objetivo de formar jóvenes íntegros y comprometidos con la sociedad.
En los años 90, la institución vivió uno de sus momentos más significativos: la ampliación de su edificio en la esquina de las calles Belgrano e Yrigoyen. Esta obra, que transformó el paisaje de la escuela, es hoy motivo de orgullo para toda la comunidad educativa. Además, el crecimiento no se limitó al espacio físico, ya que con el tiempo se incorporó un campo de deportes y el Nivel Inicial, lo que permitió ampliar su oferta educativa y fortalecer su presencia en Pilar.
Así, el 40° aniversario del Colegio Parroquial fue una ocasión para celebrar su trayectoria y el impacto que tuvo en varias generaciones de alumnos, docentes y familias, siempre con el propósito de seguir educando bajo los valores que lo vieron nacer.
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