Junto a sus docentes, los pequeños de la Escuela Nº 12 de Zelaya juntan botellas y las rellenan con plásticos y reciclables. El objetivo es enseñarles a cuidar el medio ambiente.
Alumnos de Quinto grado A y B de la Escuela Primaria N º 12, Martín Miguel de Güemes de Zelaya, se dedican a un proyecto para cuidar el medio ambiente. Junto a sus maestras Silvia Molina y Mirta Roldán, a partir de botellas de plástico colaboran con la producción de ecomadera que, en el futuro, podrá ser utilizada para construir juegos, muebles, entre otras cosas.
La iniciativa comenzó como algo propio de Silvia Molina, docente, que en su hogar comenzó a llenar botellas plásticas con otros residuos plásticos reciclables y, poco después, llevó esta idea al colegio.
Estamos plantando una semillita de conciencia, les mostramos alternativas que si no ellos no conocerían”
“Lo había visto en redes sociales, que una fundación lo hacía y empecé primero a hacerlo en mi casa. Después, hablé con mi compañera y traje el proyecto a la escuela, por eso ambos cursos lo estamos haciendo”, contó Silvia Molina a
Diario Resumen.
Primeramente iban a hacer 4 mil botellas para donar a la Fundación Botellas de Amor pero, como recolectar tanta cantidad es complicado, han pensado en destinarlo a otro lugar: “nos pedían 4 mil para venir a buscarlas, entonces, buscamos medios alternativos como llevarlas a Espacio Mermelada o cerca del tanque de agua que hay un lugar que también las recibe”.
Muchos de los alumnos traen sus propias botellas armadas desde sus viviendas y sino, en los recreos se sientan con las maestras para seguir la actividad. “Dejé una caja en el patio para juntar los plásticos. En el recreo, por la tarde, el que quiere se sienta conmigo y llena botellas. Al momento tenemos más de 300 ya armadas”, destacó.
Consultada por el motivo que la llevó inicialmente a poner en marcha esta idea, Silvia apuntó a la necesidad de predicar con el ejemplo a los más pequeños, para que también aprendan a cuidar el medio ambiente. “Primero, uno enseña con el ejemplo, entonces les traje una de mi casa, les mostré como se llenaba, ahí arrancaron a hacerlo conmigo. Mientras yo les explicaba la importancia de sacar el plástico de las calles”, expuso la maestra.
“Algunos se coparon mucho, otros se aburren y se van a jugar pero es entendible, y la conciencia es algo que se genera de a poco. Hay nenes de otros grados que traen de sus casas varias veces a la semana y me parece excelente que los chicos se enganchen, hace que los padres también tomen conciencia y aprendan”, comunicó
“Estamos plantando una semillita de conciencia, les mostramos alternativas que si no ellos no conocerían. Ellos mismos me dicen que el patio está más limpio y eso les expliqué, que reciclando los plásticos hay menos basura”, cerró Silvia Molina, docente de 5º grado de Zelaya.
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