La conmoción por el caso de Sasha, la adolescente que se quitó la vida tras denunciar haber sido abusada por al menos cuatro personas, continúa en Pilar y en todo el país. La historia de la menor se conoció a principios de esta semana, cuando se hizo público en redes sociales que el pasado viernes la adolescente tomó la decisión de suicidarse en su vivienda del barrio Agustoni.
Sasha tenía 13 años, cumplía los 14 el 20 de noviembre y asistía a la Escuela Secundaria N° 18. Quienes la conocieron aseguran que era una niña dulce, aunque reservada, que llegó a contarles a sus amigas lo que le ocurría. “Ella dio aviso a muchos adultos, profesores, perceptores y directivos de su colegio y nunca la ayudaron en nada. Ella sufrió muchísimo y lo peor es que buscó ayuda y no la ayudaba nadie”, relataron a través de redes sociales.
Los acusados del abuso son el padrastro, el tío, el hermanastro y un comerciante, propietario también de la vivienda que la familia de Sasha alquilaba. El fin de semana los vecinos incluso se hicieron presentes en el lugar para exigir justicia: hubo incendio de una camioneta, disturbios y policías heridos.
Resumen se comunicó con fuentes del caso que indicaron que en Pilar no se había realizado ninguna denuncia por abuso en ninguna dependencia policial pero que, a raíz de lo ocurrido, se comenzó la investigación de oficio. La denuncia que existe es de hace años “por abuso sexual simple, en Lomas de Zamora” y añadieron que la causa “no prosperó porque en el informe médico no se constataba” el abuso.
Además, indicaron que “en la autopsia, no tiene signos de violencia sexual” pero que no se ha descartado que la menor haya sufrido abuso sexual y se continúa con la investigación.
En las últimas horas, por otro lado, comenzó a circular una versión de que Sasha había dejado una carta a su hermana menor pero que su madre habría roto. Sin embargo, una tía de Sasha afirmó a Crónica que la misma no había sido destruida sino que fue llevada a la comisaría. “La carta decía que ella sufría mucho, que no aguantaba tanto dolor, que no comía, no dormía. Si hay otra carta, yo no sé. En la carta no decía eso (sobre abusos)”, aseguró.
Consultada por si estaba al tanto de lo vivido por su sobrina, afirmó que ni ella ni su esposo, hermano de la madre de la menor, estaban al tanto. “Nosotros preguntábamos y nunca nos querían contar nada, siempre le pregunté si te pasa algo y lloraba, quizás con las lágrimas se comunicaba”, dijo.
“La desesperación me está matando, si alguien sabe la verdad, que diga lo que realmente pasó. Ella se llevó un dolor en el corazón, que se haga justicia si realmente le estaban haciendo esto”, indicó entre lágrimas
En la jornada del martes, en medio de la convulsión social que generó el caso y previniendo nuevos disturbios, la policía custodiaba el Destacamento de Agustoni y la Secundaria Nº18.
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