Jueves 28 de Marzo de 2024

Mujeres ciclistas: el crecimiento de los teams femeninos

Cinco ciclistas de diferentes grupos locales contaron cómo se iniciaron en el deporte, sus próximos objetivos y cómo fueron recibidas en una disciplina que siempre fue catalogada como exclusiva del género masculino. Hoy en día, la actividad cuenta con deportistas de elite que fueron copando los diferentes grupos y calles de Pilar y Argentina cada fin de semana.


  • Domingo 15 de Noviembre de 2020
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Cinco ciclistas de diferentes grupos locales contaron cómo se iniciaron en el deporte, sus próximos objetivos y cómo fueron recibidas en una disciplina que siempre fue catalogada como exclusiva del género masculino. Hoy en día, la actividad cuenta con deportistas de elite que fueron copando los diferentes grupos y calles de Pilar y Argentina cada fin de semana.

El ciclismo ha sido la disciplina favorita por elección durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio en Argentina. Fue prácticamente, el deporte que menos sufrió el parate de actividad durante los últimos meses y el refuerzo de aquellos que practicaban otra disciplina y vieron su oportunidad de seguir entrenando en tiempos difíciles.

Las salidas a rutas o senderos de tierra no fueron constantes, aunque el rodillo ha sido el aliado para que no se enfríen los músculos antes de la habilitación. Los grupos comenzaron a copar las mañanas y tardes por las colectoras de Panamericana e incluso el centro de Pilar. Pero lo que más se destaca, fue el crecimiento de los grupos femeninos.

“Hace tres años, esto no existía”, coinciden varias ciclistas. Si miramos hacia atrás, el ciclismo como muchos de los deportes, era considerado exclusivamente de hombres. Es por ello que nos contactamos con cinco ciclistas de Pilar para conocer sus experiencias: Natalia Krucho (39), Liliana Matieri (60), ambas del GO Team, Verónica Ocampos (43), Cynthia Ferrea (51), del Caldaras Team y Roxana Báez (33), coach y entrenadora de Embicite y Chicas Treck.

Durante la entrevista, giramos junto a ellas por sus comienzos, cómo afrontaron los prejuicios que rodean al deporte y señalan en muchas ocasiones al mal llamado “género débil” y qué proyectos tienen en agenda para seguir creciendo profesionalmente.

¿Cuándo comenzó su conexión con esta disciplina?

LM: Hace tres años comencé a correr con el GO Team. Veía a los chicos llegar con sus bicicletas como gladiadores, y me dieron ganas de conseguir mi propia bici y largarme yo también. Los miraba fascinada. Insistí tanto que para mi cumpleaños me regalaron una. Me compré el casco, los guantes y arranqué. Al mes y medio comencé con las carreras, fui sumando poco a poco y desde ese momento, no me bajé más.

RB: Empecé a hacer mountain bike por mi marido. Me preguntó si me gustaría ir un día hasta el Kilómetro 50. Y me re gustó. Desde ese momento empecé a salir todos los fines de semana e iba intercalando con running. Cuando empecé a notar buenos cambios, uno de sus amigos me dijo: ‘preparate porque el domingo vamos a fondear’. No me importaba a dónde íbamos, a mí me entusiasmaba salir. Y cuando llegamos al lugar, resulta que era una carrera. Cuando me di cuenta, ya estaba ahí. No podía decir que no. Salí primera, y así arranqué.

Después, me contactaron de Chicas Treck, para dirigir un grupo que son salidas solo femeninas. Ahí pude ver todo esto de otra manera.

NK: Arranqué en el team hace un año y medio. La idea era hacer carrera de montaña y la vida me llevó para la bicicleta. A un mes de haber comenzado a entrenar, competí en mi primera carrera. La motivación que me dio mi entrenadora, Nadia Zucarelli, y cómo me transmitió su pasión por el ciclismo, es lo que me llevó a seguir esta disciplina. Y luego, la libertad que tenes arriba de una bicicleta. Todo lo hacemos con el auto, porque creemos que está todo lejos, pero la bici te da más accesibilidad.

Arranqué yo y después se sumó mi marido. Incluso es más fanático del ciclismo que yo (risas). Y te digo más, estamos esperando que Nadia arme un equipo kids, para que nosotros podamos mandar a los nuestros.

CF: Arranqué con el running de calle y para sumar algo más, por diversión fui cambiando de terreno y luego terminé incursionando en la bici, al comprarme una propia. Era un complemento a lo que venía haciendo.

Después de participar en varias competencias de MTB en Manzanares, me incliné por el duatlón en Azcuénaga, 50 kilómetros en bici y 10 a pie. Tanto es así que este año tenía planeado comenzar con natación para encarar el triatlón, pero lamentablemente con todo esto quedó truncado.

VO: Arranqué como mucha gente, corriendo con Miguel Caldara. Hace cinco años lo hago. Pero él es una persona que siempre te convence que vos podes más, que podes hacer de todo. Y así fue, como poco a poco, me fui metiendo en el ciclismo. Y así el Trasmontaña, la carrera de Tucumán, terminó siendo mi primera carrera. No sabía ni usar los cambios. Pero uno se va preparando y cuando te queres acordar, ya estás compitiendo en una carrera de tres días. El año pasado preparamos una carrera de unos 50 kilómetros, donde salí tercera, y después competí en otra de Argentina-Brasil, que estuvo compuesta por 50 kilómetros de bici y 12 de running.

¿Alguna vez recibieron críticas masculinas por querer entrenar al igual que ellos?

VO: Afortunadamente nunca. Todo lo contrario. Arranqué en el 2017 y la cantidad de mujeres era mucho menor. Siempre salí con hombres, en su mayoría. Ellos fueron los que siempre me invitaron a incursionar en el ciclismo y me acompañaron en cada paso. 

RB: Una está acostumbrada a que los deportes sean exclusivos de hombres. Ahora cambió, pero al principio era un correte, que haces acá, anda a lavar los platos. Hoy en día, los mismos hombres aplauden el hecho de que haya cada vez más mujeres haciendo ciclismo o running.

NK: Por suerte no. Si fueran a los entrenamientos, verían que las mujeres corren de igual a igual con los hombres, incluso hay mejores. Que pedalean con mucha más fuerza porque tienen una resistencia increíble.

¿Cómo fue el entrenamiento en cuarentena?

RB: Hace un tiempo, con un grupo de 10 a 15 chicas hicimos un team que se llama Embiciate, con el que salimos todos los fines de semana. Está muy buena la onda que se genera arriba de la bici y más en medio de todo esto de la pandemia. Es desconectarse y encontrar un momento para nosotras.

VO: Al no haber carrera, este año fue todo rodillo. Nuestra preparación fue meramente de ciclismo. Tuve la suerte que me regalaron una bicicleta con un solo plato, que pesa la mitad de la que tenía antes. Lo que también me obligó a invertir en un equipamiento nuevo. Estoy felíz y lista para afrontar la carrera de Junín en caso de que se haga en diciembre.

¿Se están preparando para alguna competencia?

RB: El sueño de todo ciclista es correr el Río Pinto, porque tiene mucha convocatoria, pero si me preguntas a mí, trasmontaña toda la vida. Si realmente les gusta, tienen que ir porque es extrema y sumamente emotiva. Ese es mi objetivo de hoy en día.

NK: Nuestra meta es hacer varias subidas en San Luis, una clínica que nuestra entrenadora, Nadia Zucarelli, me viene recomendando desde el año pasado. Principalmente ese es nuestro gran objetivo.

CF: En tanto estamos trabajando con la vuelta en Junín, que son 120 kilómetros. Estamos esperando confirmación de los organizadores, que en caso de que se haga, será el 20 de diciembre. 

VO: Seguimos saliendo dos o tres veces por semana. Realmente, con todo esto de la cuarentena, estamos esperando que vuelvan a habilitarse las carreras que fueron reprogramadas. Este año queríamos correr en Río de Janeiro, que era un desafío de dos días, pero running.

¿Existe alguna federación de ciclistas femeninas?

NK: No que nosotras sepamos. Sería una gran noticia que se forme una federación que nos acompañe. Y no lo digo por el lado del feminismo, que sea completo como debe ser.

CF: Es un deporte que contagia y que cada vez tiene más competidoras. Sería ideal la idea de una federación y que se realicen encuentros de ciclistas femeninas.

¿Por qué creen que el ciclismo femenino creció tanto?

NK: Yo creo que a través del running y de los duatlones, las mujeres se fueron acercando poco a poco al ciclismo. Cuando arrancas a correr, ves que hay otro tipo de carreras que son muy interesantes.

A veces cuando salimos a la mañana, me doy cuenta que somos alrededor de 15 mujeres y un varón. Es impresionante lo que creció. En el team dieron una charla técnica y creo que es de las cosas más importantes, ya que las mujeres también deben aprender a cambiar una cubierta cuando sea necesario. Además, y me incluyo, el hacer mountain bike es sumamente complicado para una mujer, ya que requiere un esfuerzo descomunal.

LM: Es gratificante ver que muchas chicas se van sumando. Este es un deporte donde todas nos apoyamos. Lo importante es la constancia, no faltar con los entrenamientos y a pesar de que uno se sienta muy mal, tenes que salir a entrenar. Es un deporte muy sano, no solo por lo que es, sino por el trato entre todos.

CF: Muchas chicas que antes no se animaban a hacer deportes, hoy aprecian mucho más la vida, los hábitos y el deporte. El salir en equipo es otro factor que influye en que cada vez más chicas se sigan sumando.

Los fines de semana se quedaban en su casa, pero hoy no. Está repleto de mujeres pedaleando y es algo muy lindo de ver. Siempre que nos cruzamos con otro pelotón, está el saludo. Eso te da ganas de salir, porque sabes que si lo haces no vas a estar sola, siempre te vas a cruzar a alguien.

En algo coinciden. Si bien el ciclismo es catalogado como deporte individual, siempre lo describen de forma plural.

LM: Ir en pelotón es lo mejor. Si bien hay algunos, que se tiran más por ciclismo de ruta, está buenísimo pertenecer a un equipo. Son todos compañeros. Cuando te pasa algo, otro se detiene a ayudarte, a prestarte una cubierta, lo que sea. Salir solo no está bueno, porque si te llega a pasar algo, necesitas a alguien al lado tuyo para que te acompañe o te ayude.

CF: Si te ven sola y mujer, los riesgos son muy grandes. Por eso es que salimos en equipo. Tratamos de no llevar celular ni nada que llame la atención, y solo salimos a divertirnos.

En este momento, después de tanto encierro, la gente analizó la posibilidad de poder entrenar al aire libre. Hoy, los precios son disparatados. Si bien a mí me costó mucho comprarla, porque fue mucho ahorro, tuve la posibilidad de comprar mi bici en cuotas. Pero tenes que tener un resguardo, porque uno está propenso a que lo roben o que te pase algo. Tenes que contratar un seguro y eso me permite a mí salir más tranquila. Si no, no podría.

¿Qué sienten cada vez que agarran la bicicleta?

LM: Tengo 60 años pero para mí, el ciclismo es la fuente de la juventud, porque todos los que me ven piensan que tengo 45 (risas). La bici te permite ir a lugares que con un auto no podes ingresar. Nos hemos ido a Jujuy, a San Luis, a todos lados. Mi sueño es cargar la bici e irme de vacaciones para recorrer todo el país. Algún día llegará. 

Esto no es solo andar en bicicleta. Es estar bien con uno mismo, sanar la cabeza, se trata de compañerismo y la adrenalina que te da este deporte. Además, lo más lindo es cuando te subís. Te sentís un chico de nuevo. Nos caemos, nos divertimos. Es excelente. Y llegar todo embarrado, es un día ganado.

Uno sale desesperado del trabajo para poder ir a andar en bicicleta. Porque descargas absolutamente todo. Te olvidas del mundo. Me arrepiento profundamente de no haber empezado mucho antes. Pero este es mi momento. Compras una bici usada, después te enteras que otro vende un casco, con el tiempo se te cruza alguien que cambia su bicicleta y así. Esto no se trata de tener la bicicleta más cara. 

NK: A veces me pasa que estoy muy cansada y me digo: hoy no voy a poder, o pienso en el medio del entrenamiento ¿para qué vine? , pero después terminas haciendo tus mejores marcas. Es increíble, pero la cabeza juega mucho. A pesar de todo, uno saca fuerzas para cumplir el entrenamiento.

RB: Todo. Es cuestión de subirte a la bici, de sentir el viendo en la cara, de compartir tiempo con otras chicas. La felicidad es justamente eso, son momentos. Y eso lo da el ciclismo.

CF: Como cualquier deporte, es un cable a tierra. Te desconecta de cualquier problema que uno tenga y te conecta con la naturaleza. Ahí es donde te sentís cómodo, y podes ser vos plenamente. Salen los problemas y entra un disfrute permanente. Es muy gratificante. Hay veces que tenes que dejar de lado reuniones, cumpleaños, pero la recompensa es eso. El logro es para uno y esto a mí me hace sentir viva. Pero lo más importante, es que todo sea con el apoyo del alrededor. Sin la familia, el deporte por sí solo no tiene sentido.

Belén Gómez

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