Sábado 27 de Abril de 2024
Aya Jouma, inmigrante senegalés

“La verdad es que acá tenemos más oportunidades que allá”

Observar, ver más allá de lo que se ve a simple vista. Esta semana conversamos con Aya Jouma, un joven senegalés que vive en Pilar desde hace un año y que vende su mercadería con una manta en las cercanías de la plaza central de nuestra ciudad. Familia, religión, esfuerzo, sentimientos: una vida de sacrificio y amor.


  • Domingo 20 de Febrero de 2022
inmigrante senegales
“La felicidad de mi familia es mi misión en el mundo”

"Es necesario caminar juntos, sin prejuicios y sin miedos, poniéndose junto a quien es más vulnerable: migrantes, refugiados, desplazados, víctimas de la trata y abandonados", expresó el sumo pontífice en la Plaza de San Pedro el año pasado con motivo de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado. Francisco, el Papa que llegó desde el fin del mundo, hizo de la acogida de los migrantes uno de los temas principales de su pontificado, que empezó en el año 2013.

Argentina, su país de origen, se caracterizó a lo largo de toda su historia por ello; por abrir sus puertas a quienes llegaban, y llegan, con sus valijas colmadas de sueños e ilusiones. Y Pilar, nuestro terruño, no es indiferente a este rasgo identitario cobijando en sus entrañas a hermanos llegados desde distintos lugares del mundo.

Recorriendo las calles del centro de nuestra ciudad se puede observar a los senegaleses vendiendo sus artículos: lentes de sol, gorras, riñoneras y bijouterie son algunos de los elementos que descansan sobre sus mantas a la espera de un comprador.

Más allá del reclamo por competencia desleal de algunos comerciantes tradicionales y de los mismo vecinos que a veces se molestan por la ocupación de las veredas, y el constante reclamo hacia las autoridades para que no estén más en la calle, quisimos conocer que hay detrás de los inmigrantes africanos.

¿Cuándo tomaste la decisión de venir a la Argentina y por qué?

Yo no tenía pensado venir a la Argentina, y quiero ser verdadero con vos. Yo viajaba por Brasil, estuve allá tres meses y me dieron ganas de venir para acá porque los amigos que estaban acá por aquella época me dijeron que se estaba mejor, porque nosotros lo que buscábamos era mejorar la vida debido a que tenemos mucha preocupación por allá (haciendo referencia a su lugar de origen), es muchísima. Y tenemos que hacer muchas cosas para ayudar a nuestras familias; por eso fui a Brasil.

Apenas llegado a San Pablo, estaba un poco duro para mí. Y en ese momento tenía unos amigos que estaban acá y me decían que tenía que venir porque estaba mejor; entonces me dieron ganas de venir para acá.

Cuando llegaste a la Argentina, ¿viniste directo a Pilar o estuviste en otro lado?

Cuando llegué estaba en la Capital. Yo llevo sólo un año en Pilar. Yo estaba en Flores, ahí vivía.

¿Y también trabajabas?

Como siempre, todos los días.

¿Te costó reunir todos los papeles, toda la documentación, para llegar a nuestro país?

No los tenía. Cuando yo llegué a la Argentina, podemos decir, fue de manera ilegal; porque sólo contaba con el pasaporte de mi país. Pasé por El Dorado (Misiones) y de ahí a Buenos Aires. Apenas llegué fui a Migraciones y con el pasaporte de mi país me dieron una precaria, una visa precaria. Y es lo que tengo todavía. Estoy en Argentina viviendo y manejando mis cosas con la precaria.

¿Cómo te comunicás?, ¿sabías nuestra lengua, la fuiste aprendiendo acá?

La verdad, no sabía decir ni hola, pero a mí me encanta aprender muchos idiomas. Cuando llegué no fui a ninguna escuela, pero empecé a hablar con la gente y después encontré una mujer, que es mi mujer, y ella me ayudó mucho para hablar bien castellano, aunque no hablo muy bien se me entiende.

Muchos argentinos utilizamos malas palabras, a veces hasta en la cotidianeidad, ¿aprendiste alguna?

Sí, lo sé, nadie me lo enseñó pero lo sé aunque no me gusta usarlo porque en mi país algunas de las palabras que usan acá son más malas palabras en mi país. Por eso no los puedo usar. Allá no podemos putear delante de tu hermano mayor, delante de tus parientes, porque es una falta de respeto. No decimos ni mierda, nada. Por eso yo no lo digo, no me gusta. Y si la gente me habla mal, me putea, me hace enojar porque es falta de respeto.

¿Qué fue lo que más te gustó y lo que más costó entender de nuestra cultura?

Ustedes tienen muchas cosas que me gustan. En Argentina la gente es buena, te ven como a un hermano, te quieren. Es cierto que algunos son malos, pero a mí lo que me importa es cómo me tratan los buenos; porque si uno te trata mal, hay más de cien que te tratan bien. Yo no me he metido mucho en la cultura de ustedes porque trabajo mucho, estoy todo el día ocupado.

¿Siempre trabajas en el centro de Pilar?

Desde que llegué a Pilar sí; siempre acá en la plaza, porque no tengo otra manera, no tengo otro lugar.

¿Vivís por esta zona?

Sí, vivo en Santa María, en La Lomita.

¿Qué fue lo que más te sorprendió de cuando llegaste a la Argentina, a Pilar?

Que mis compañeros me dieron las ganas para quedarme, porque había momentos en los cuales estaba un poco deprimido y quería volver a mi país; pero mis hermanos me dieron una mano, me ayudaron con sus palabras, con un poco de su dinero para que me quedara. Y mi mujer también me ayudó mucho con su contención, con fe, y con esperanza para seguir luchando.

¿Qué diferencias encontrás entre Argentina y Senegal?

Muchas diferencias encuentro. Primero, mi religión; después las costumbres son distintas y la cultura es muy diferente, nada que ver. El carácter de la gente es muy distinto también.

En nuestro país somos mayormente trasnochadores, solemos acostarnos más tarde que en otros lugares, ¿en Senegal se van a descansar temprano?

Eso depende de cada persona, hay gente que tiene mucho trabajo y se acuesta temprano y otros que no tienen tanto trabajo salen más y los que trabajan a la tarde se acuestan después. Personalmente, en Argentina, me acuesto un poco más tarde que en mi país.

Argentina es un país muy futbolero, ¿ustedes también?

Sí. Mi país ganó un campeonato la semana pasada y eso me pone muy feliz por mi bandera, por mi país. Lo extraño mucho.

Argentina es un país mayormente católico y vos señalaste que la religión era una de las grandes diferencias, ¿cómo lo vivís, cómo profesas tu fe?

En mi religión hay cosas que son obligatorias, que tienes que hacerlo como mandato de Dios. Nosotros tenemos un profeta que es Mohamed y tenemos que rezar cinco veces al día. En mi religión hay que respetar a tu familia, hay que respetar a tu mamá, no se puede ni gritar, ni hablar mal. Hay que respetar a tu papá y a tu hermano mayor, que tenés que verlo como a tu papá. En mi religión no se pueden mostrar unas partes de mi cuerpo, no puedo tocar una mujer sin estar casado, hay meses de ayuno desde la mañana hasta la tarde. Lo que me da felicidad es mi religión, porque así me criaron mis parientes. Yo soy muy religioso y hay cosas que nunca hice en mi vida: nunca fui a un boliche, nunca fumo, nunca toco un cigarrillo ni tomo alcohol.

Acabás de señalar que extrañas mucho tu país, ¿pensas en volver?, ¿crees que vas a poder viajar pronto?

Estoy teniendo mucha fe de que pronto voy a viajar para poder ver a mi familia, y después volver acá porque yo ya no estoy acostumbrado a trabajar en mi país. Acá, en Pilar, me siento muy bien. Antes me sentía mal cuando estaba en Capital y me corrían los policías, me sacaban las cosas y trataban mal a mis paisanos. Pero acá es distinto; algunas veces salen los inspectores pero no nos tratan mal, no nos faltan el respeto.

Señalaste que desde acá ayudás a tu familia en Senegal, ¿les envias dinero, los acompañás de qué manera?

Si no fuera por mi familia no hubiera viajado. Yo viajé por mi familia, por darle una mano, por conseguir un lindo futuro para mi hijo (sus ojos se llenan de lágrimas, su voz se entrecorta), para mi mamá. La verdad es que acá tenemos más oportunidades que allá. A ellos los estoy ayudando un montón, les estoy dando todo lo que tengo porque si mi familia está contenta, yo estoy feliz; y si mi familia está mal yo no voy a estar bien, no voy a tener paz. Lo que hago todos los meses es mandarles lo que tengo, sea mucho o poco se lo mando a mi familia para que vivan bien. La felicidad de mi familia es mi misión en el mundo.

Si pudieras pedir tres deseos, ¿cuáles serían?

Primero, que mi mamá tenga una larga vida con paz y que volvamos a vernos pronto porque la extraño demasiado -ya tengo lágrimas en mis ojos; segundo, que sigamos adelante, tener un lindo futuro con prosperidad; y por último, que Dios le dé paz a todas las personas del mundo.

 

Clarisa Bartolacci

 

  • Nombre y apellido: Aya Jouma
  • Fecha de nacimiento: 21 de mayo de 1986
  • Lugar de nacimiento: Senegal; país ubicado en África Occidental.
  • Años en Argentina: Cuatro años y medio
  • Quienes conforman tu familia: No estoy con mi familia acá, estoy con mis compañeros, mis amigos
  • Comida favorita de Senegal: Arroz con pescado
  • Comida favorita de Argentina: Asado

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