La Cámara de la Pequeña y Mediana Empresa de Pilar elaboró un informe sobre la situación económica actual que afecta al sector luego de varios meses de aislamiento en el marco de la pandemia.
Así, mediante encuestas, análisis de medidas y comparativa mundial, la Cámara Pyme sostiene que “semejante creación de nuevo dinero con la producción de bienes y servicios estancada, y sin dólares de reserva en el BCRA, genera un riesgo cierto de fuertes devaluaciones pasando de una muy alta inflación a la posibilidad de niveles hiperinflacionarios”.
Tal como indica el informe, “esto es sólo parte del doloroso diagnóstico económico actual después de cuatro meses de cuarentena obligatoria. Una mayor inflación ciertamente hará crecer la curva de pobreza, que hoy con seguridad es más del 50 por ciento debido a la mayor cantidad de personas desempleadas por la quiebra generalizada de empresas. En este sentido, un 94,5 por ciento de las pymes tuvieron caídas en sus ventas y no pueden cubrir sus costos operativos”.
Por otra parte, indican que más del 60 por ciento de las pymes se encuentran “sin producir, sin poder pagar a los proveedores, sin pagar servicios públicos y sin pagar impuestos”, mientras que además, “un 40 por ciento planea despidos”.
En tanto, más allá de los efectos de la cuarentena, también aseguran que “evidentemente, el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y la Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP) para monotributistas y empresas no fueron suficientes en cuanto a montos y oportunidad en su entrega”, y critican: “Los sectores más endeudados y más descuidados por el gobierno son los pequeños comercios, los jubilados, los trabajadores informales, las pymes y los monotributistas”, lo cual “constituye un daño al tejido social y se sigue destruyendo a la clase media”.
Finalmente, aseguraron que “nunca se destruyeron tantas fuentes de trabajo en tan poco tiempo, con lo cual se puede afirmar que otra curva que va a crecer en forma vertiginosa es la curva de desempleo. Esto se deberá, principalmente a la quiebra de empresas, a un menor consumo postpandemia y suspensiones que involucran a 1,8 millones de trabajadores”.
Y cerraron: “Argentina tiene que enfrentar una vez más un nuevo desafío económico cuyo resultado es de muy difícil resolución. Nuestro país frenó drásticamente su economía durante la primera parte del año y puso todos sus recursos en pos de lograr buenos resultados sanitarios sin tener muy en cuenta cuanto esto afectaría a la economía del país. Ahora, en esta segunda parte del año, se encuentra con una economía destruida, estancada y sin reservas para ponerla a funcionar. El único recurso sigue siendo una masiva emisión de dinero como medio de supervivencia, sabiendo que lo único que esto hará será agravar el problema. No tenemos ni un rumbo ni un horizonte económico claro. Lo único que la sociedad argentina reclama por lo menos es un poco de certidumbre”.
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