Este martes se regresó de lleno a la actividad luego del feriado navideño, y con un mayor
movimiento en las calles también se pudo apreciar con claridad el impacto de la reducción en
los servicios de colectivos que tiene lugar en el AMBA, desde finales de la semana pasada, e
incluye a nuestro distrito.
La medida contempla un servicio reducido en un 50 por ciento, por lo que la frecuencia que se
mantiene en funcionamiento genera más de un dolor de cabeza para los pasajeros que en Pilar
han manifestado tener demoras de más de una hora y media para algunas líneas.
Tal como manifestaron desde la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte
Automotor (AAETA), hay una gran brecha entre el valor de la tarifa -que se mantiene
congelada desde agosto- y los costos que se incrementan todos los días, con el combustible
como uno de los grandes ejemplos.
En ese marco, el presidente de la Cámara Empresaria Autotransporte de Pasajeros, José Troilo,
afirmó que no se puede costear el servicio completo y que el colectivo debería valer 800 pesos.
“Con lo que se recauda de los boletos no alcanza para cubrir los gastos. Los subsidios son el 90
por ciento del ingreso”, explicó.
Asimismo, sostuvo que “nadie nos presta un peso”, y afirmó que las empresas “hacen lo que
pueden”, por lo que no se debe tomar esta reducción en el transporte público como una
medida de fuerza.
Cabe destacar que en las últimas horas las cámaras mantuvieron una reunión con el nuevo
ministro de Infraestructura, Guillermo Ferraro, pero de todas maneras siguieron con la
decisión de reducir los servicios a la mitad, por lo menos hasta que se defina un nuevo cuadro
tarifario.
De esta manera, los pilarenses que continúan acumulando quejas por ver pasar colectivos
llenos que no frenan y las quejas por una frecuencia muy reducida, deberán aguardar hasta
que se logre incrementar el boleto o los subsidios.
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