Granja Tres Arroyos, perteneciente al Grupo GTA, informó que las dificultades económicas derivadas de la influenza aviar y la pérdida de competitividad internacional la han llevado a presentar un PPC ante la Secretaría de Trabajo. La solicitud, ya aprobada por el Gobierno, plantea como alternativas el despido de 700 trabajadores o una reducción salarial significativa para toda la plantilla.
La empresa, que produce 700 mil pollos diarios y emplea a unas 7 mil personas, se enfrenta a un escenario adverso. Entre las principales causas destacan la caída de la producción tras la gripe aviar, el cierre del mercado chino y la presión impositiva que incrementa los costos internos frente a otros países de la región. El impacto más reciente fue el cierre en octubre de su planta en Tristán Suárez, dejando sin empleo a 200 personas.
A pesar de este contexto, la recuperación del sector avícola parecía tomar forma. Según datos de la Secretaría de Agricultura, las exportaciones del sector crecieron un 20 por ciento en volumen y 26 por ciento en valor durante los primeros diez meses de 2024, alcanzando 154 mil toneladas exportadas. Además, mercados clave como México y Chile reabrieron sus puertas tras reconocer a Argentina como país libre de influenza aviar.
Sin embargo, desde Granja Tres Arroyos señalaron que el "dólar poco competitivo" y la carga impositiva siguen limitando su capacidad de operación. Esto contrasta con declaraciones recientes de su presidente, Joaquín de Grazia, quien en octubre había expresado optimismo respecto al futuro de la empresa y el sector avícola: “Veo un horizonte extraordinario si lo sabemos aprovechar”.
Con ocho plantas de procesamiento en Argentina y una en Uruguay, Granja Tres Arroyos es una de las principales referencias del mercado avícola local e internacional. No obstante, la decisión de iniciar un PPC la posiciona como la cuarta empresa en adoptar esta medida en 2024, junto a Fate, Bridgestone y Vicentin, reflejando una tendencia preocupante en la economía argentina.
La noticia encendió las alarmas en Pilar, donde se ubica una de las principales plantas de la empresa, y en el resto de las localidades afectadas. Representantes sindicales y empleados ya se preparan para negociar en un escenario donde el empleo y las condiciones laborales están en juego.
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