Jueves 21 de Noviembre de 2024

La “invasión” de lagartos overos llegó a Pilar

Los vecinos empezaron a registrar imágenes, difundirlas en redes sociales y pedir ayuda a áreas de Medio Ambiente de la Comuna. Recomiendan no darles de comer porque no se van a querer ir. “Verlos no es una novedad porque habitan la zona desde antes que nosotros”, aclararon desde la Reserva Natural.


  • Jueves 28 de Diciembre de 2023
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El considerable aumento de temperaturas en esta época del año significó la vuelta de los lagartos overos en los patios de las casas de distintos barrios de Pilar. Los vecinos empezaron a registrar imágenes, difundirlas en redes sociales y pedir ayuda a las áreas de Medio Ambiente de la Comuna.

Las primeras apariciones de esta especie tuvieron lugar en Parque Irízar, en cercanías a grandes campos de cultivo y al Río Luján, lo que compone su bioma natural. Desde la Asociación Patrimonio Natural, que tiene a su cargo la Reserva Natural de Pilar, indicaron que “es un animal silvestre e inofensivo. Verlos no es una novedad porque habitan la zona desde antes que nosotros, tienen prioridad”.

Es cierto que las visitas de este animal es los parques de las casas generan diferentes reacciones en cada vecino. “El único inconveniente que podría presentarse es que la gente los alimente y después el lagarto no quiera irse de su patio. Por eso, es que se recomienda dejarlos tranquilos y no interactuar para que sigan su camino”, indicaron.

El lagarto overo no es una especie agresiva y va a optar por escapar y no por enfrentar, pero si se lo acorrala y se siente amenazado, va a defenderse. En este caso, su mordida no genera un daño importante ni es venenosa. Además, suele evitar el contacto con los animales domésticos.

Es importante resaltar que, por ser de sangre fría, no transmiten enfermedades y hasta su visita es beneficiosa, debido a que controlan plagas de ratones, caracoles y también se alimenta de huevos de insectos. Por lo general en las noches duermen en lugares húmedos, como las bombas de la pileta o las zanjas debajo de los garajes.

Hay que entender que desde que se urbanizó la zona, fueron perdiendo espacio de su hábitat natural, razón por la que aparecen en los jardines de las casas. “Irse a vivir a un lugar de ese tipo implica tener estos visitantes a menudo”, explicaron desde la asociación.

Recordar que son una especie nativa, protegida por la ley silvestre que no supone peligro, cumple una gran función en el ecosistema y debido al desplazamiento de los desarrollos habitacionales se ve obligado a convivir con los humanos. En esta época del año se suelen ver más por el aumento de temperaturas.

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