Impulsan cambiar el nombre de la calle Belgrano por el de Edelma Burgueño

Un grupo de jóvenes, entre los que hay comerciantes, empresarios y vecinos de Pilar, emprendió gestiones para que la calle Belgrano, donde se emplaza la Biblioteca Popular “Bartolomé Mitre”, desde la Plaza 12 de Octubre hasta la Ruta 8, lleve el nombre de la bibliotecaria emblemática Edelma Burgueño de Lembeye, quien durante 53 años atendió con afecto y amabilidad la querida institución.

“Muchas personas se sumaron inmediatamente a la concreción del proyecto: lectores, usuarios, alumnos, exalumnos, profesores, vecinos, amigos, familia, referentes de instituciones intermedias, periodistas, referentes vecinales, comerciantes, profesionales, empresarios que a lo largo de los 53 años fueron atendidos por la “Señora de la Biblioteca”, gozando de su dedicada y delicada atención”, destacaron los impulsores.

Hubo varias generaciones de todo el distrito que al ser consultadas y convocadas a la iniciativa dieron su apoyo, considerando que “la obra de los vecinos destacados que dejaron su huella, nobles ejemplos, bañados de ética y moralidad en favor de su comunidad deben ser reconocidos, constituyendo ejemplos a imitar para nosotros, nuestros hijos y nietos”.

El martes próximo a las 19 y en la sede de la biblioteca, fue invitado en representación del intendente Federico Achával, el concejal Miguel Gamboa, para escuchar el pedido de los vecinos en forma presencial, para lo que la comunidad de la biblioteca invita a los vecinos a sumarse con su presencia y su voz.

Edelma, que falleció en enero de 2020, fue entre otras cosas, una gran referente de la Biblioteca Bartolomé Mitre, lugar del que fue encargada durante 53 años, promoviendo la buena lectura y las buenas costumbres con cariño y amabilidad. Gracias a esa pasión, en 2007 recibió un reconocimiento por el Senado de la Provincia, y la distinción de “Bibliotecaria Ilustre de Pilar” por la Municipalidad de Pilar.

“Mema” estudió en la Escuela Nº1. De pequeña sintió una irresistible tentación por la lectura, afición que compartía mientras cuidaba niños de vecinos, para ayudar a la economía familiar. La precoz lectora frecuentaba la biblioteca frente a su casa, donde cumplía funciones de bibliotecaria su hermana Nene.

A fines de la década del ’60, Nene decide dejar su función como bibliotecaria y sabiendo de su amor por el lugar le ofrece su puesto a la ya joven madre Edelma, quien a partir de allí y por más de 50 años ingresa a la “Bartolomé Mitre”.