El fenómeno de las lagartijas en Pilar

Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, muchos vecinos del centro de Pilar notaron una presencia cada vez más frecuente de lagartijas en sus hogares. Aunque su aspecto puede causar cierto temor, Gabriela Capodoglio, de la Reserva Natural de Pilar, aseguró que estos pequeños reptiles son completamente inofensivos y desempeñan un rol fundamental en el control de plagas urbanas.

“Las lagartijas, específicamente los Gekko Gecko, son típicas de climas cálidos y han encontrado en las ciudades un hábitat propicio para reproducirse. Tienden a aparecer en verano por el gran calor, y durante el invierno entran en un estado de letargo”, señaló Capodoglio.

Estos reptiles se alimentan de insectos como mosquitos, cucarachas y hormigas, actuando como aliados naturales en el control de plagas. Gracias a su vasta experiencia en la naturaleza, Capodoglio afirmó: “Se están comiendo lo que antes controlaban los sapos, y por eso la gente no tiene que tenerles miedo. Al contrario, son beneficiosos”.

Además, la presencia de geckos en Pilar también refleja un fenómeno más amplio: la tropicalización del clima. Sobre esto, Capodoglio subrayó que estas especies son propias de regiones del norte, que ahora se encuentran en esta zona debido a las alteraciones en el ecosistema. “Nos llegan los geckos, pero también los mosquitos transmisores del dengue. Todo es consecuencia de un mal manejo ambiental”, agregó.

Por último, la responsable de la Reserva Natural de Pilar destacó la importancia de evitar el uso de insecticidas en los hogares, ya que estos químicos no solo afectan a los insectos, sino también a los reptiles y otros depredadores naturales. “Lo ideal es convivir con los geckos, sapos, ranas, arañas y murciélagos. Ellos son una barrera natural contra las plagas”, afirmó.

Capodoglio también resaltó la fascinante capacidad de estos reptiles para caminar sobre superficies lisas como el vidrio, gracias a sus patas provistas de ventosas con ganchitos, lo que los convierte en una maravilla de la adaptación natural.

Si bien las lagartijas no representan un peligro para la salud, es comprensible que algunas personas prefieran evitar su presencia dentro del hogar. Sellar grietas y huecos es fundamental, ya que las lagartijas pueden acceder al interior de la casa a través de pequeñas aberturas en las paredes, alrededor de las ventanas y puertas o en los bordes estructurales. Mantener las ventanas cerradas o instalar mallas protectoras es otra medida efectiva para impedir su ingreso.

Además, evitar encender luces exteriores por largos periodos ayuda a reducir la atracción de insectos, los cuales constituyen el principal alimento de las lagartijas. Asimismo, eliminar cualquier fuente de alimentación manteniendo el hogar libre de plagas y asegurándose de no dejar comida accesible puede disminuir significativamente la probabilidad de que estas criaturas se instalen en el interior.

Por otro lado, el uso de repelentes naturales como hojas de laurel o aceite de citronela es una opción amigable para disuadir a las lagartijas de acercarse a ciertas áreas del hogar.

La recomendación para los vecinos es clara: permitir que estas pequeñas criaturas sigan cumpliendo su papel ecológico. Las lagartijas no solo ayudan a prevenir plagas, sino que también son un recordatorio de cómo la naturaleza encuentra su lugar, incluso en los entornos urbanos.