Lunes 06 de Mayo de 2024

Dolor crónico: Fármaco desarrollado por Austral-CONICET comenzó pruebas en voluntarios

Nació del trabajo en el Instituto de Investigaciones en Medicina Traslacional. Si las pruebas resultan exitosas en personas sanas, se solicitará el permiso para realizar ensayos en pacientes con Síndrome de Dolor Regional Complejo.


  • Martes 09 de Abril de 2024
Dolor crónico

Un grupo de 15 investigadores, integrado por biólogos, bioquímicos, técnicos y médicos del Instituto de Investigaciones en Medicina Traslacional (CONICET-Universidad Austral) y del Instituto de Ciencia y Tecnología César Milstein (CONICET-Fundación Cassará), diseñaron un nuevo fármaco para tratar el dolor crónico de origen neuropático e inflamatorio.

El dolor es un mecanismo de alerta. Nos avisa que el cuerpo está sufriendo algún tipo de daño. Pero lo que para la mayoría de las personas suele ser temporal y se revierte una vez tratada la causa, para cerca del 30 por ciento de la población mundial se convierte en un dolor crónico, de intensidad moderada a severa, que empeora con el correr de los meses o la edad, afectando la vida familiar, social y laboral, y resultando incluso invalidante para una de cada tres personas.

En vista de esto, el equipo liderado por los doctores Alejandro Montaner, Pablo Brumovsky, Marcelo Villar y el economista Gustavo Álvarez; logró identificar una secuencia de ADN que al ser inyectada envía una alerta al sistema inmune para que el organismo elabore una respuesta analgésica y antiinflamatoria para restaurar el daño.

“Cuando hay ADN suelto en el organismo -ya sea por el daño de una célula, ingreso de un virus, radiación- el sistema inmune está preparado para responder a esa agresión. Lo que nosotros logramos, con esta secuencia sintética de ADN que patentamos, fue imitar esa señal de daño y potenciar la respuesta natural que cualquier paciente ya tiene programada en su organismo. Es decir, son las células del propio paciente, y no el fármaco en sí, las encargadas de resolver el problema”, sostuvo Montaner.

El fármaco ya fue probado en modelos experimentales durante su fase preclínica y demostró efectividad para tratar el dolor crónico de origen neuropático e inflamatorio. “Los ensayos preclínicos mostraron que inclusive una sola dosis de IMT504 genera un efecto analgésico de entre 35 y 42 días de duración”, destacó Brumovsky.

Ahora, tras la aprobación de ANMAT, se inició la etapa clínica con las pruebas en voluntarios sanos, que demandarán alrededor de seis meses.

“De acuerdo a las estimaciones del mercado, se calcula que, de cada 10.000 proyectos concebidos en el laboratorio, sólo 10 llegan a esta etapa Clínica (Fase 1), donde estamos hoy. Y de estos 10, sólo uno llega al mercado”, explicaron los desarrolladores.

El objetivo

Cuando se obtengan los resultados de la Fase 1, se solicitará la autorización de ANMAT para avanzar con las pruebas en pacientes con dolor. La patología elegida será el Síndrome de Dolor Regional Complejo, una enfermedad huérfana de tratamiento que afecta los miembros superiores o inferiores y suele aparecer después de una lesión traumática o de intervenciones quirúrgicas electivas, aunque también puede originarse sin causa aparente. Se la conoce también como alodistrofia, causalgia o distrofia simpática refleja.

Si los estudios clínicos de Fase 2 demuestran la seguridad y efectividad del nuevo fármaco, se convertiría en el primer desarrollo realizado integralmente en el país para brindar tratamiento al Síndrome de Dolor Regional Complejo. Y de acuerdo a los tiempos de todos los procesos, podría estar disponible en el mercado en cuatro años aproximadamente.

“Este desarrollo es un ejemplo de potenciación de capacidades porque involucra a dos Institutos de Investigación. Uno asociado a un laboratorio farmacéutico (Cassará), y otro a la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral que conforma -junto al Hospital Universitario Austral- el Centro Académico de Salud. Esta sinergia permite integrar el desarrollo farmacéutico y las necesidades terapéuticas y aspectos médico-científicos”, cerraron.

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