Este verano fue un verdadero desafío para los habitantes de Pilar y otras regiones del país, con altibajos climáticos que pasaron de una primavera benigna a un febrero sofocante. Tras un comienzo relativamente tranquilo, marcado por temperaturas tolerables durante noviembre y diciembre, la segunda mitad de enero encendió las alarmas con la llegada de intensas olas de calor, alternadas por tormentas esporádicas.
Hoy podría registrarse un nuevo récord de temperatura, superando la marca histórica, apenas una semana después de que el termómetro alcanzara los 37,6 grados el pasado lunes 3 de febrero.
Según Matías Zugasti, vecino de Pilar y observador meteorológico aficionado con 20 años de experiencia en la recolección de datos climáticos en el distrito, "hasta el momento llovió dentro de los parámetros normales" y no se han registrado condiciones de sequía como las de tres años atrás. "El clima está dentro de lo esperable", comentó Zugasti, señalando que las precipitaciones son regulares.
Por otro lado, el panorama a nivel nacional es más complejo. El sitio especializado Meteored advierte que las altas temperaturas se están manteniendo con una intensidad pocas veces vista, especialmente en el norte del país, y no se prevé que la situación cambie a corto plazo.
En la región central del AMBA, el escenario es algo más dinámico, con fluctuaciones térmicas significativas. Los períodos de calor extremo se alternan con descensos de temperatura debido al ingreso de frentes fríos, generando una constante inestabilidad climática.
Ante esta situación, las autoridades recomiendan tomar medidas de precaución, evitar la exposición al sol en las horas de mayor radiación y mantenerse hidratado. Aunque el clima es impredecible, todo parece indicar que este verano dejará una huella difícil de olvidar.
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