La industria de la construcción cerró el primer semestre del año con un derrumbe similar a las cifras de la pandemia o la crisis del 2001. Las pymes retrocedieron por séptimo mes consecutivo y la caída de la producción es del 20 por ciento. El sector textil registra a mitad de año datos alarmantes: un 80 por ciento de las empresas afectadas con más de 5.000 despidos y la suspensión de otros 10.000 trabajadores. A esto se suma la crisis en la industria metalúrgica, con suspensiones en compañías como Acindar en San Nicolás o Acerbrag, en Bragado.
La recesión argentina, con los últimos (y peores) pronósticos del FMI para este año, golpea fuerte en la provincia de Buenos Aires, donde las suspensiones y los despidos “por goteo” en algunos sectores no se detienen. Y no discrimina ninguna región: desde unos 500 trabajadores cesanteados en Luján en el año, hasta unos 350 en la localidad de Las Flores.
La paralización de la obra pública por decisión del Gobierno de Javier Milei sigue impactando de lleno en suelo bonaerense que, de acuerdo con la administración de Axel Kicillof, mantienen paralizadas más de 1000 obras. Según marcó el ministro de Economía bonaerense, Pablo López, la construcción terminó el primer semestre con una caída del 32,7 por ciento en comparación con el mismo período del 2023. “Es la tercera mayor caída histórica, sólo comparable con la pandemia y la crisis de 2001”, graficó.
Según un reciente informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), los despidos en el sector privado llegan en la era Milei a 170.000. Y la Construcción es el sector que más puestos de trabajo resignó tanto en términos absolutos (75.200) como también en términos relativos (-17 por ciento). La industria, mayormente orientada al mercado interno, destruyó en seis meses 26.000 puestos de trabajo que equivalen al 2,17 por ciento de los existentes en noviembre de 2023.
Un ejemplo de la crisis es la situación de Acindar, una de las dos productoras de acero más grandes de la Argentina. Su sede central de Villa Constitución, en Santa Fe, informó días atrás a los empleados que trabajarán sólo dos de los últimos seis meses del año debido a una caída de ventas del orden del 45 por ciento. La decisión de la compañía implica suspensiones de personal e impacta en otras plantas, como la que está en la localidad bonaerense de San Nicolás. Y de acuerdo a lo que se informó recientemente, en septiembre podría cerrarse el tren laminador 2, que produce hierro de construcción y también el hierro para ser procesado luego en planta Alambre, que es utilizado para el agro y bulonería.
También se viven horas preocupantes en Acerbrag, cuya planta está sobre la Ruta 5 en Bragado. Una de las empresas metalúrgicas más grandes del centro bonaerense podría reducir su personal desde septiembre en 80 puestos, más la reducción de turnos de trabajo. Eso se sumó a lo que ocurrió a fines de julio con Talleres Belgrano, una metalúrgica de 78 años que cerró sus puertas en Chivilcoy y despidió a unos 20 operarios.
Mientras que el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático (SUTNA) está en alerta por lo que consideran la suspensión ilegal de unos 450 trabajadores en Bridgestone y que podría terminar en despidos. Esto se suma a los problemas de FATE, la única compañía nacional que también avanzó con cesantías. Y desde la Unión Obrera Metalúrgica sede Mar del Plata ya contabilizan unos 120 despidos en el año.
La caída de las ventas, la suba de los costos por el ajuste de las tarifas y la competencia con los productos importados son algunos de los factores que están poniendo “contra las cuerdas” a las pequeñas y medianas empresas (pymes). De acuerdo con datos de la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC) ya habrían bajado sus cortinas unas 10.000 pymes en el primer semestre, mientras que un 65,35 por ciento de los empresarios considera que la situación económica empeorará en lo que resta del año.
Mientras que el titular de Industriales PyMes Argentinos (IPA), Daniel Rosato, pronosticó la desaparición de 12.000 pequeñas empresas para fin de año y la pérdida de 180.000 puestos de trabajo. Y en ese sentido, el empresario textil Raúl Hutin, destacó que la producción cayó un 20 por ciento en junio y lleva trece meses consecutivos en retroceso, lo que se traduce en despidos masivos y cierres de empresas.
En Luján, ciudad históricamente vinculada a la industria textil y manufacturera, se llega a 500 puestos laborales perdidos en el año, según datos de la delegación del Ministerio de Trabajo bonaerense. Pero también unos 700 sufrieron por suspensiones o recortes de salarios, principalmente en sectores como comercio, construcción y textil. Un ejemplo es el de la planta de Cerámica Cortines, que decidió continuar en agosto, y por tercer mes consecutivo, la suspensión de sus 247 operarios que, por ahora, cobran el 85 por ciento del sueldo.
A unos 200 kilómetros de allí, en Las Flores, se perdieron alrededor de 350 puestos de trabajo en las fábricas de indumentaria y calzado del distrito, una de las principales industrias de la región. Esto incluye a Coopershoes, a Will Der S.A y a otra fábrica de indumentaria que confecciona ropa Adidas y que despidió a 45 trabajadores, con la excusa de que “las camisetas se van a importar desde Brasil”, según dijo el intendente local Alberto Gelené.
Esto que pasa en Las Flores también se ve reflejado en toda la industria del calzado, una de las más golpeadas por la caída del mercado interno: el sector trabaja a menos del 40 por ciento de su capacidad, vende un 30 por ciento menos que en diciembre y se acostumbró al cierre de empresas y a los despidos de personal, que hasta julio llegaban a 1500.
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