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La llegada de la pandemia, sin dudas, ha traído complicaciones tanto en lo sanitario como en lo económico debido al Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio que rigió hasta principios de noviembre. Sin embargo, con la “nueva normalidad” y las restricciones de contacto para poder evitar la propagación del virus lo cierto es que una nueva problemática comenzó a surgir cada vez más en la provincia de Buenos Aires: las conocidas fiestas clandestinas.
En Pilar no es la primera vez que se registran fiestas ilegales pero durante el período de ASPO en donde los boliches, bares y cualquier lugar de entretenimiento se encontraban cerrados, este tipo de fiestas comenzaron a realizarse cada vez más.
Además, durante la cuarentena, fue de suma importancia el control a los bares, restaurantes, boliches y cervecerías ya que no estaban habilitados para las actividades en medio de la pandemia.
El director provincial para la Gestión de la Seguridad Privada bonaerense, Marcelo Montero, dialogó con Diario Resumen sobre cómo es el trabajo. “Trabajamos con el 911, por los vecinos que nos avisan. Nos acercamos a cada lugar y en Pilar estuvimos hace unos 15 días, que hicimos los boliches del centro que estaban cerrados, fuimos a las cervecerías de Panamericana, en los shoppings. Estaba todo cerrado”, explicó Montero a este medio.
Asimismo destacó que este fin de semana sí lograron desbaratar una fiesta clandestina de 300 personas en donde “los chicos estaban sin barbijo, sin distancia social, sin sanitizante” porque era adentro de una vivienda en José C. Paz y que, para los próximos meses en donde las fiestas aumentarán, también subirán los controles. “En los próximos meses, diciembre sobre todo que va a ser el mes con más fiestas en zona norte, vamos a hacer muchos controles. Anticiparnos a las fiestas que se puedan realizar en distintos lugares de Pilar, Del Viso”, añadió el funcionario.
Es que con la pandemia las preocupaciones ante las fiestas clandestinas aumentaban ya que, no solo debía controlarse si había menores de edad, si circulaba alcohol, drogas o en qué condiciones se realizaba la fiesta sino que también debían preocuparse de que no se generara por esa misma fiesta un foco infeccioso de la enfermedad que hace meses tiene en vilo al mundo. “Obviamente que se pueden contagiar, esa es una realidad. Nosotros necesitamos el distanciamiento social de la gente, sobre todo, la sanitización, el uso de barbijos. Que los bares, restaurantes, confiterías tengan distanciamiento de 2 metros para poder evitar el COVID y las víctimas fatales que podría haber”, explicó el funcionario.
“En eso trabajamos y estaremos todo el verano haciendo operativos, como el Operativo Sol. En Pilar va a haber porque la gente está fijándose mucho en las quintas, countries, para poder alquilar. Eso lo debemos controlar, queremos tener todo el Conurbano y la Costa controlados”, amplió.
Es que nuestro distrito será clave los controles durante la temporada de verano ya que muchos buscarán poder pasar las vacaciones en sus viviendas de fin de semana o alquilando alguna propiedad: “obviamente Pilar es un distrito donde la gente veraneará en las quintas, countries, casas de fin de semana. Pilar creció mucho, hay hoteles, confiterías. Sabemos cómo es Pilar y hoy por hoy debemos cuidar el verano aquí también”. Consultado por el desafío que propone la “nueva normalidad” Montero detalló que desde su perspectiva, sin dudas, es evitar el contagio de quienes buscan salir y divertirse.
“El desafío es evitar el contagio de quienes buscan salir, con todo el derecho, pero debemos concientizarlos que más allá de divertirse se debe cuidar la salud. Lo que más vamos a hacer es prevención, porque preferimos eso, enfocarnos en prevenir y si eso no sirve, sí aplicaremos la ley con toda la rigurosidad que debamos hacerlo. No nos temblará el pulso para clausurar lo que se deba. Dentro de la ley, todo, fuera de ella, nada”, cerró Marcelo Montero.
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