Tristemente, cada día aparecen más imágenes y noticias de animales que fueron abandonados en situaciones de suma crueldad. Muchos de ellos, dejados a la deriva para que de una manera u otra, terminen muriendo, tras ser atropellados, por las fuertes temperaturas o por falta de alimentación.
La escasez de información combinada con la falta de centros de atención veterinaria gratuitos y sobre todo, la crueldad humana, lograron que tanto perros como gatos se vieran gravemente desamparados, aumentando el número en cada rincón del distrito. ¿Cuántos animales en situación de calle llegas a ver en una cuadra? ¿Y al costado de Panamericana? O tal vez ¿Un video de alguien tirando un canino desde un auto en movimiento? Sin nombrar la cantidad de cuerpos que se ven al costado de la ruta.
La necesidad de brindarles un lugar donde se sientan a gusto, felices, saludables y con la panza llena, llevó a que en los últimos años Pilar comenzara a poblarse de refugios, sin embargo, la sobrepoblación de animales y el casi nulo apoyo del Estado, complicó los espacios tras no poder solventar la atención clínica, mantención del lugar y alimentación.
Cada vez que nos encontrábamos con un perro que debía recuperarse de su operación y necesitaba tránsito, se venía conmigo”
Si bien contamos con Zoonosis, lugar donde se realizan castraciones de forma gratuita, el distrito no cuenta con ningún hospital veterinario sin fines de lucro, como así también, se complica el encontrar un lugar abierto las 24 horas y si lo hay, los precios exceden la imaginación.
La ley contra el maltrato animal está, pero no se aplica. No es necesario revisar la parte internacional de un diario para ver como en Francia dejaron a un perro en una valija o en Italia lograron rescatar una perra con sus cachorros en una bolsa dentro de un contenedor de basura.
En Pilar existe el abandono, pero por suerte, podemos decir que hay personas que se preocupan por revertir la situación. Entrevistamos a tres proteccionistas locales que dedicaron toda su vida a ayudar a los animales en situaciones deplorables, los cuales hoy piden ayuda para seguir adelante. La situación los llevó a tomar la decisión de sumarse al pedido de adopción en las redes sociales pero no a revelar la dirección de los refugios, ya que los ´vivos de siempre´ abandonan perros en la puerta del establecimiento.
Precisamente, dos de los proteccionistas entrevistados aseguran que ya no pueden recibir más animales, como así también, otros deciden no revelar la dirección ya que muchos abandonan sus mascotas en la puerta del establecimiento. Si tu hijo pidió un perrito o tenes el deseo de tener un compañero en casa, no compres, adopta. No solo ganas vos, le salvas la vida a un animal.
“Los olvidados de Pilar”
Hace 15 años, Mabel Fernández decidió mudarse a Pilar con sus 15 perros, los cuales fueron llegando a ella debido a su labor de castración en diferentes barrios de Buenos Aires. “Cada vez que nos encontrábamos con un perro que debía recuperarse de su operación y necesitaba tránsito, se venía conmigo”, contó.
Jamás vino nadie a ver en qué condiciones teníamos a los animales. Estamos desamparados”
Ni bien alcanzó a instalarse en el distrito, “la gente empezó a dejarme los perros en la puerta de mi casa. En ese entonces no existía la movida de adopción que hay hoy, como tampoco la gente se ofrecía a ayudarte. Además de que nos dejaban estos perros, lo hacían de una manera miserable, atados y con muchas enfermedades, que iban desde la sarna hasta moquillo, y muchos de ellos gravemente lastimados”. Fue entonces, que sin darse cuenta, su casa se había transformado en un refugio, donde llegó a tener unos 120 perros.
Afortunadamente, gracias a la ayuda de un grupo de chicas llamado “Pichichos al rescate”, muchos de los canes lograron encontrar un hogar, reduciendo el número a 34 animales en la actualidad. Sin embargo, el alimento balanceado aumenta su valor casi un 10 por ciento mensualmente, sumado a vacunas y diferentes consumos que elevan el precio de manera incontrolable, situación que obligó a Mabel a detener el recibimiento de nuevos individuos. “Solo una persona me ayuda depositando al mes. Acá no tenemos ni empleados ni voluntarios, solo somos mi marido y yo. No podemos salir a ningún lado los dos juntos, porque no están acostumbrados a quedarse solos. Nos tenemos que manejar así, no queda otra”, señaló.
En los últimos años, han llegado su casa animales de todo tamaño, edad y raza, preocupando la situación de estos últimos, debido a que muchos son robados y vendidos de manera ilegal, posteriormente de haber vivido en criaderos, lugares donde las hembras en su mayoría mueren después de haber sido violadas y sometidas a parir cientos de cachorros que son comercializados con cifras elevadas. “He visto de todo. Me han dejado un Shar Pei, una Pitbull desnutrida y con sarna, perras preñadas y más de 200 cachorros atados en la puerta”, contó Fernández.
No son perros callejeros, son perros abandonados, porque es más fácil abandonar que castrar”
Finalmente, Mabel se lamenta no poder seguir albergando animales que solo desean cariño. “Me tuve que poner un límite. Por más casos que vea, es muy difícil a nivel monetario. Si es temporal sí, pero que se queden permanentes no, ya que no podemos costear alimento ni medicación. Los refugios están abarrotados. Tampoco se concientiza la castración. Es lamentable”.
“Perros del Alma”
A diferencia del resto de estos lugares, Perros del Alma es la única ONG de Pilar como refugio de animales y una de las más conocidas. Silvia Gómez arrancó en el 2004 con el rescate de los más indefensos, miles de ellos encontraron familia mientras otros 200, están a la espera de que alguien los quiera.
“La situación en Pilar es alarmante. En este momento hay una epidemia de Erliquia y muchísimos tumores de sticker, algo que me preocupa bastante, ya que esto último se contagia a humanos”, señaló. “Sabemos que Zoonosis no tiene insumos, pero jamás vino nadie a ver en qué condiciones teníamos a los animales. Estamos desamparados”, añadió.
Todo lo que tengo se lo doy al refugio. Mis perros están perfectos. Pero si no recibo ayuda, no sé hasta cuando pueda seguir”
En su larga trayectoria como rescatista, Silvia asegura que las personas no tienen conocimiento acerca de los perros ni cómo deben tratarlos y hace hincapié en eliminar el mito de que hay perros buenos y perros malos, “el problema es la gente. Los pitbull, en la época de los romanos, los usaban como ´niñeros´. Encontramos a uno que tenía cortada la oreja y la mandíbula quebrada. Lo habían tirado en un basural. No hay que sacarse los animales de encima”.
Por otra parte, aseguró que en Navidad y Año Nuevo, no se sumaron nuevos huéspedes, pero si aumentó la cantidad de muertos. Debido al estruendo de la pirotecnia, los animales se asustan y ante la imposibilidad de controlar el miedo, escapan de las casas aturdidos. Muchos se pierden, otros son atropellados y muchos mueren por el temor. Para tomar dimensión, imagínense parados en medio de un campo de guerra, el ruido de los disparos y las bombas y sin saber a dónde huir.
“El 24 estuvimos hasta las 2.30 de la mañana y el 31 hasta las 3.30 de la mañana. Bombas que se escuchaban de Agustoni, San Alejo y La Loma. Porque no era pirotecnia, eran bombas. Fue terrible. Hace tres años presenté en el Concejo Deliberante un proyecto junto a los padres de chicos con autismo para que se prohibiera en Pilar la pirotecnia. Quedó en la nada”, se lamentó Silvia.
“La gente pide perros de raza y cachorros, mientras que los más viejitos se mueren en el refugio. Ellos también tienen derechos, pero la gente discrimina. Cada perro que se me muere, me destroza. Sepan que no son perros callejeros, son perros abandonados, porque es más fácil abandonar que castrar. No sé cómo hacen para dejar un perro en una caja, ni tampoco pasar al lado de uno herido. Rescaté perros en el medio de la Panamericana y la gente lo único que hace es gritarte
vieja loca. Y nadie se detiene. Tenía la ilusión que estaba haciendo un gran cambio, pero todo está cada vez peor”, apuntó.
Desde chico me daba mucha bronca como la gente tiraba los perros desde arriba de los autos en movimiento”
Como otras entidades, Gómez mantiene las instalaciones y el bienestar de los animales con dinero de su bolsillo, “Soy jubilada y sigo trabajando. Si hoy pasan por mi casa, van a ver que parece una villa. Porque todo lo que tengo se lo doy al refugio. Mis perros están perfectos. Pero si no recibo ayuda, no sé hasta cuando pueda seguir. Tengo empleados particulares y si ellos se me van, el refugio tendrá que cerrar las puertas”.
Refugio en casa
Si bien hay muchas personas que dan tránsito a animales en sus propias casas, existe el caso de Alfredo Baralla, quien hace 55 años abrió las puertas de su residencia para ayudar desde perros, hasta gatos y caballos.
“Desde chico me daba mucha bronca como la gente tiraba los perros desde arriba de los autos en movimiento. Una vez encontré un caballo, que en este momento está en mi casa, tirado al costado de la Panamericana. Estaba piel y hueso, atado a un carro y encima un hombre pegándole con una cadena para que se levante. Le pedí que lo desatara porque me lo iba a llevar, pero sacó un cuchillo y me quiso atacar. Por defenderme, usé un caño y terminaron llevándome a mí a la comisaria”, relató Baralla, quien hoy en día hospeda 40 perros en Pilar y otros 15 en su refugio de San Isidro.
La gente piensa que los perros son herramientas de seguridad. Ojala la gente tuviese un poco más blandito el corazón”
“Se hace difícil poder tener más. Hace poco me robaron en el centro de Pilar el maletín con medicamentos que tenía dentro de la camioneta. Cada frasquito de esos vale mil pesos. No me quedó nada. Estuve toda la noche de navidad y año nuevo rescatando animales. Son 700 pesos solo de gas y una bolsa y media de alimento, solo por día”, apuntó.
Por otra parte, el proteccionista alertó acerca de los cuidados que hay que tener al dar en adopción a un animal, ya que muchos “aprovechan que uno no puede tenerlos para hacer cosas malas. Cuando empiezan a decirte que quieren un perro de un color especial o un gatito negro, es porque hay algo raro. El que quiere adoptar no diferencia, lo hace y listo, pero hay gente que se dedica a macumbas y termina sacrificándolos”. Seguido de un momento de silencio, lamentándose, Alfredo aseguró: “El ser humano cada día me decepciona más. Por eso quiero tanto a los animales, tenemos tanto para aprender de ellos. Mucha tecnología, pero en sentimiento estamos muy retrasados. La gente piensa que los perros son herramientas de seguridad. Ojala la gente tuviese un poco más blandito el corazón”, cerró Baralla.
Belén Gómez
Ayudalos
Los olvidados de Pilar
Mabel Fernández: (11 70094096)
Perros del Alma
Silvia Gómez: (11 54779158) / También podes colaborar comprando en la forrajeria “El Gallo”
Alfredo Baralla: (1157569647) /
Dirección: Ruta 25, Barrio “Los Cachorros” (1612)
Por otra parte, refugios como
Luceritos de Derqui, solicitan voluntarios para el mantenimiento de los caniles y ayuda en el día a día. “Necesitamos ayuda para mantener el refugio limpio y ordenado. Además, podes sumarte como madrina o padrino de alimento y atención”.
No obstante, presentaron una campaña a través de sus redes para que el municipio instale un hospital de animales con atención primaria y castraciones masivas en Pilar. Quienes quieran sumar su granito de arena, podrán firmar la petición ingresando a
https://www.change.org/p/federico-achaval-ayuda-firmando-0031bf89-cd01-4471-ace4-74e30732907b?signed=true&fbclid=IwAR221gE0afS1Pgjl05qwk1BP5Y3eGQWzrs40tRG-aveJM-DJaTCLN4Lnel0&use_react=false
Dejar un comentario