Todo estaba listo para que la noche del lunes fuera una fiesta en el estadio “Carlos Barraza”, que mostró una gran concurrencia para alentar a un Real Pilar que buscaba cerrar la 5° fecha del torneo de la Primera “C” con una alegría frente a J. J. Urquiza.
Pero esta vez, el marco le ganó al cuadro. Es que el equipo jugó un partido muy flojo, sobre todo en el primer tiempo, y terminó cayendo 2 a 1. De esta forma, el Monarca quedó a 10 puntos del firme líder Claypole y, aunque todavía queda mucho camino por recorrer, incluso está afuera de la zona de acceso al Reducido. Inesperado.
Los goles del visitante fueron convertidos por José Villalba y Carlos Leguizamón en la primera media hora de acción, mientras que el descuento pilarense fue obra de Agustín Magoia.
J. J. Urquiza, que arrancó la fecha un punto por encima de Real Pilar, jugó un primer tiempo casi perfecto. Sin demasiadas luces, es cierto, pero fue ordenado, ganó todas las situaciones divididas que propuso el dueño de casa y de mitad de cancha para adelante contó con un endiablado Villalba, que se hizo un festín por el carril izquierdo de su ataque.
El 10 jugó e hizo jugar y además, con su velocidad y habilidad, complicó al extremo a la dubitativa defensa albinegra. Había avisado antes con una gran jugada personal y a los 22 le puso el moño a una contra bien elaborada por sus compañeros y definió por encima de Giroldi.
A partir de ese momento, la visita se hizo aún más fuerte y controló por completo a un Real Pilar que lucía desenfocado, llegaba tarde a todas las pelotas y dejaba espacios en su retaguardia. A los 32, Leguizamón tomó el balón en la mitad de la cancha, recorrió varios metros sin oposición y despachó un derechazo que desde 30 metros se incrustó contra el palo de un Giroldi con poca reacción.
Los de Loma Hermosa siguieron manejando los hilos del encuentro ante un Real Pilar groggy, que no pateó al arco en el primer tiempo y que escuchó el pitazo del árbitro marcando el final como un campanazo de salvación.
Pero en el arranque del complemento , Jota Jota olió sangre y fue por su presa. Generó un par de ocasiones muy claras y estrelló dos tiros en los palos. Sergio De Silvestri metió cambios y el equipo mejoró, tuvo mayor circulación de pelota y encendió la ilusión de su gente que gritó fuerte el descuento de Magoia, uno de los ingresados.
Los últimos 20 minutos fueron de ida y vuelta pero sin demasiadas situaciones. Real intentó forzar llegadas pero cada contra era un suplicio. La visita no cerró el partido y solo por eso los de Pilar se ilusionaron con el empate hasta la última bola pero esta vez no hubo milagro y Urquiza profundizó el flojo arranque pilarense.
Lo que viene. El próximo domingo a partir de las 17, Real Pilar viajará hasta Rosario para visitar a un Central Córdoba que también viene de capa caída, con solo 1 puntos en las primeras cinco fechas del torneo.
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