Después de grandes temporadas que lo han catapultado a codearse con los mejores e ingresar en zonas de Grand Slam, el último mes ha estado por debajo de las expectativas generadas por el pilarense Santiago Rodriguez Taverna, quién también debe estar disconforme porque es conocedor de su potencial y sabe que puede dar más de lo que viene exhibiendo en lo que va del 2023.
Una exigente pretemporada para llegar en las mejores condiciones a disputar el primer y principal objetivo que presentaba el año para el deportista local, culminaría con una temprana eliminación en la primera ronda de la clasificación al Australian Open. Este sería un duro golpe a la ilusión de Santiago, al que el sorteo no lo favorecería una semana más tarde llevándolo a caer en el debut en el Challenger de Tenerife ante el favorito, el dominicano Nick Hardt.
A estos reveses solo es posible hacerles frente con victorias y es por este motivo que el Duke saldría con altas expectativas a disputar un nuevo desafío en territorio europeo, en esta oportunidad la gira lo llevaría a presentarse en una competencia tradicional como el Challenger de Quimper, localidad ubicada en la Bretaña francesa. Este certamen se desarrolla sobre superficie dura y dispone de grandes jugadores con una extensa trayectoria, los cuáles quizás no se encuentren en su mejor momento, pero siguen siendo complicados, y otros jóvenes que pujan por ganarse un lugar entre los mejores del Ranking.
El último de los casos fue el que le presentó el sorteo a nuestro representante, debido a que tuvo que verse las caras en un enfrentamiento muy complicado ante el francés Geoffrey Blancaneaux, quién no posee un gran nombre pero tiene en su haber un Roland Garros Junior en 2016 tras superar en la definición al canadiense Felix Auger Aliassime. Este compromiso volvería a presentarle un resultado adverso al pilarense, quién cayó por 6-1, 3-6 y 7-6; aunque mostró una mejor versión de la que venía dando y logró volver a meterse en partido hasta el final tras un inicio comprometedor. Veremos que ofrecen las próximas presentaciones de Taverna, pero el potencial de mejora existe y es cuestión de cambiar de suerte.
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