En tiempos de alta tensión económica por la apertura del cepo cambiario y la especulación de muchas empresas, Roberto Videle, histórico comerciante y dueño de la cadena ECO, alzó la voz contra las grandes proveedoras de alimentos por lo que considera maniobras abusivas.
En una entrevista con Resumen, el supermercadista apuntó directamente contra gigantes como Molinos Río de la Plata, Aceitera General Deheza y Unilever. Según detalló, las listas de precios enviadas por estas compañías en los últimos días llegaron con aumentos de entre el 9 y el 16 por ciento, sin previo aviso ni justificación clara.
“Molinos ya había enviado una suba del 9 por ciento el 1º de abril y, tras la apertura del cepo, mandaron otra lista con más aumentos. En el café, por ejemplo, llegaron al 16 por ciento”, explicó Videle, quien aseguró haber rechazado los nuevos valores.
Según el empresario, la Aceitera General Deheza (AGD) incluso impidió el acceso a su sistema online de pedidos, una forma de presionar a los compradores a aceptar las nuevas condiciones. Unilever también pretendía aplicar incrementos “ponderados”, pero Videle sostuvo que no hay fundamentos válidos para esos porcentajes y que se trata de “una estrategia para aprovechar la incertidumbre del mercado”.
A pesar del contexto, el titular de supermercados ECO enfatizó que no está dispuesto a trasladar esos costos a los consumidores. “Después de 40 años en el rubro, lo que más me importa es defender a mi clientela. Yo sé lo que significa hacer las compras en estos días. Por eso intento mantener los precios y no convalidar aumentos que no tienen lógica”, agregó.
Los productos más afectados son justamente los de la canasta básica, como el aceite, harina, fideos, entre otros, con subas que promedian el 12,5 por ciento. “Son cosas fundamentales para la mesa de cualquier familia, no podemos permitir que especulen con eso”, afirmó. Para Videle, el problema de fondo es la falta de un sinceramiento real de los costos y la especulación con el valor del dólar, que ya aparece proyectado a cifras elevadísimas. “Las empresas ya tenían listas con un dólar a 1.500 o 1.600 pesos”, aseguró.
Por otro lado, Videle relató una escena que se repite cada vez que discute con los representantes comerciales de estas grandes firmas: “Les pregunto si son consumidores finales, cuántos hijos tienen, si les alcanza el sueldo. Siempre me dicen que no les alcanza. Entonces les digo que se pongan la camiseta de verdad, porque todos estamos del mismo lado”.
Además, a pesar del desgaste que reconoce sentir por esta situación, Videle reafirma su compromiso con los clientes y su lucha por un comercio justo. “Uno se sigue haciendo mala sangre, pero lo hago por ellos. Porque cuidar el bolsillo de quienes compran todos los días es también cuidar la dignidad de las familias”, destacó.
Por último, Videle destacó que muchos grandes hipermercados también rechazaron las listas, lo que obligó a las empresas a retroceder parcialmente en sus aumentos. “Si no hay una reacción firme, esto no va a parar. Nosotros queremos mantenernos fuertes. Porque si no nos plantamos ahora, después no hay vuelta atrás”, cerró.
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