Miércoles 11 de Diciembre de 2024

Una empresa pilarense lanza envases biodegradables para helados y apunta a la sostenibilidad

Se trata del Grupo Estisol, que presentó su nueva línea de envases biodegradables, Isobio, que reduce el tiempo de descomposición de 400 a tres años y medio. El desarrollo se realiza en su planta de Villa Rosa.


  • Miércoles 13 de Noviembre de 2024
Envases biodegradables

El Grupo Estisol, una de las principales empresas en la fabricación de envases para alimentos y bebidas en América Latina, lanzó al mercado Isobio, la primera línea de envases para helados fabricada con un poliestireno expandido (EPS) de descomposición acelerada. Esta innovación, desarrollada en la planta de Villa Rosa permite reducir el impacto ambiental de los envases de telgopor al acortar su tiempo de biodegradación de 400 años a solo tres y medio.

A partir de ahora los fanáticos del helado van a encontrar el nuevo producto biodegradable del Grupo Estisol en todos los recipientes de las heladerías del país. “Hace 60 años somos líderes en la producción de envases térmicos para helados y estamos muy contentos de presentarles nuestra nueva línea sustentable llamada Isobio, que es la evolución del EPS”, destacó Oliver Maltz, Gerente Comercial del Grupo Estisol. A su vez, agregó: “Esta línea cuenta con la aprobación de SENASA y mantiene las mismas características técnicas y aislantes de siempre, pero con biodegradación acelerada”.

La industria de alimentos y bebidas enfrenta hoy el gran desafío de reducir su impacto en el medio ambiente, y en esta línea, el Grupo Estisol dio un importante paso al presentar Isobio, un producto pionero que promete cambiar la industria de los envases térmicos para helados. Con una planta de producción ubicada en Villa Rosa, la firma desarrolló este material con el objetivo de ofrecer una alternativa ecológica para el mercado local y de exportación, en un contexto donde la sostenibilidad se vuelve cada vez más necesaria.

Según la compañía, este producto mantiene las características aislantes del telgopor, pero con la ventaja de acelerar su descomposición. Con este desarrollo, el tiempo de biodegradación de los envases se reduce drásticamente, pasando de los 400 años habituales del poliestireno expandido a tan solo tres años y medio, lo que supone un avance significativo para el sector.

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