Más de 300 trabajadores de Ilva reclaman la reapertura de la planta

La situación en la fábrica ceramista Ilva, ubicada en el Parque Industrial de Pilar, mantiene en vilo a más de 300 trabajadores que desde el viernes pasado no pudieron volver a ingresar a la planta. Según relataron, la empresa comunicó repentinamente que la planta cerraría sus puertas “hasta nuevo aviso”, lo que los empleados consideran un lockout patronal.

Lucas Duarte, delegado de los ceramistas, detalló que los indicios de un cierre comenzaron a aparecer días antes: “Dejaron de traer insumos, cortaron el gas y apagaron tres de los cuatro hornos en funcionamiento”. El viernes por la tarde, la firma informó que la planta cesaba actividades, lo que derivó en un acampe de los trabajadores en la puerta de la fábrica para visibilizar el reclamo.

La principal demanda es clara, que la empresa reabra la planta y se retome la producción. “Somos 300 familias que dependemos de este trabajo. Queremos seguir trabajando, no quedar en la calle”, expresó Duarte. Aunque circula la versión de que los telegramas de despido comenzarían a llegar entre hoy y mañana, hasta el momento los operarios no han recibido notificaciones formales.

El escenario se vuelve más complejo por la desvinculación de mandos jerárquicos ocurrida el mismo viernes, lo que alimenta la sospecha de un cierre definitivo. En paralelo, mañana está prevista una audiencia en el Ministerio de Trabajo, en la que los empleados esperan obtener definiciones sobre su futuro laboral.

Duarte recordó que en los últimos meses ya habían cedido a suspensiones rotativas para intentar sostener la actividad. Desde mayo, alrededor de 130 operarios trabajaban en turnos reducidos debido a la caída en las ventas, pero nunca imaginaron el cierre total de la fábrica. “Colaboramos con la empresa aceptando suspensiones, pero ahora nos encontramos con las puertas cerradas y sin certezas”, remarcó.

Hasta el momento, los trabajadores no cuentan con un acompañamiento concreto del gremio ni de otras organizaciones, aunque esperan que con la formalización de los despidos se pueda iniciar un reclamo colectivo. En tanto, continúan organizados en guardias frente a la planta para asegurar la presencia y sostener la protesta.

El delegado apuntó además al contexto económico y político como un factor determinante en el desenlace: “no solo Ilva está en riesgo, ya hemos visto casos de otras empresas como Kimberly o Johnson que cerraron. Esto es parte de una crisis más amplia que afecta a la industria”.

Mientras se aguarda la audiencia en la cartera laboral, la incertidumbre domina entre los ceramistas. La expectativa de los trabajadores es que se defina de manera inmediata si la planta retomará la actividad o si la empresa avanzará con la desvinculación de todo el personal.