El paro nacional convocado por la CGT tuvo impacto en Pilar. A pesar de que muchos comercios abrieron con la intención de trabajar con normalidad, la falta de movimiento en las calles, la interrupción parcial del transporte y el cierre de servicios esenciales impidieron una jornada comercial fluida.
Desde temprano se notó menos movimiento en la circulación. Si bien los colectivos funcionaron debido a la conciliación obligatoria que impide a la UTA sumarse a la medida, en la terminal de ómnibus de Pilar la baja en la cantidad de pasajeros fue notoria. Sin embargo, los trenes no circularon, ya que los sindicatos ferroviarios adhirieron al paro, dejando a la estación Pilar del ferrocarril San Martín completamente vacía.
En la autopista Panamericana también se observó una disminución de movimiento vehicular. Esta merma de tránsito impactó directamente en la llegada de empleados, proveedores y clientes a los comercios locales.
“Los únicos que estamos en la calle somos los de los locales, pero en general no hay gente. Quienes se acercan es porque tienen una urgencia o nos traen máquinas a reparar”, expresó Manuel Alvez, del comercio de computación Hard Digital, a Diario Resumen.
Mientras tanto, desde un local de zapatillas, ubicado sobre la calle Rivadavia, afirmaron: “Vemos poco movimiento, hay menos gente que en los días normales. Nos afectó el paro”.
Sin embargo, algunos comercios lograron cierta actividad. Joaquín, dueño de una reconocida perfumería, dio detalles de cómo se desenvolvió su día. “Por nuestra parte, el movimiento fue bastante normal. Recibimos pedidos y los proveedores trabajaron con normalidad. Incluso ni siquiera nos consultaron si íbamos a abrir”, aseveró.
Otra consecuencia del paro fue la interrupción del servicio de recolección de residuos que no funcionaba desde el miércoles. Además, muchos comercios sacaron sus desechos como de costumbre y las bolsas permanecieron en las veredas, algo que no sucede habitualmente cuando este servicio trabaja con normalidad.
Por otra parte, el paro también se sintió en la educación, ya que muchas escuelas públicas no tuvieron actividad, mientras que las privadas y las universidades estuvieron parcialmente paralizadas. Además, los bancos estuvieron cerrados y la atención en hospitales y organismos públicos se redujo a lo mínimo indispensable.
Respecto a las estaciones de servicio, la mayoría trabajó con normalidad, aunque la YPF del ACA en Tratado del Pilar y Ruta 8 optó por cerrar, disponiendo fajas en la playa de carga de combustible.
A pesar de que el Sindicato de Empleados de Comercio no adhirió formalmente, la decisión de cada trabajador y la posibilidad de trasladarse marcaron la actividad en los locales. Muchos quisieron trabajar, pero no pudieron hacerlo de manera normal.
De esta forma, Pilar vivió una jornada a un ritmo fuera de lo normal, donde la voluntad de abrir no alcanzó para esquivar los efectos de una protesta que detuvo el accionar de varias actividades.
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