Jueves 21 de Noviembre de 2024

Del Pilar Viejo al centro pilarense que todos conocemos

La división de tierras que inició nuestro pueblo se dio en 1580. Los primeros pobladores se ubicaron en Pilar Viejo, altura del kilómetro 57 de Ruta 8 y, con la falta de desarrollo y constantes inundaciones pidieron el traslado, que llegó en 1818.


  • Miércoles 12 de Octubre de 2022
Pilar Viejo

Si nos remontamos a los principios de la historia de nuestro distrito hay que recordar que el centro de nuestro municipio no siempre estuvo ubicado en el lugar que conocemos hoy como “casco céntrico” con la Plaza 12 de Octubre como punto de referencia.

Es decir que, a lo largo de nuestra trayectoria como pueblo, fuimos moviéndonos de un lado a otro, hasta asentarnos definitivamente. ¿Cómo empieza todo? Con la colonización del terreno que conforma nuestra comuna.

Las tierras en las que aún hoy nos encontramos los pilarenses comenzaron a colonizarse allá por el 1580. La división y post reparto de los terrenos fue realizada por Don Juan de Garay, entre aquellos que lo habían acompañado en la conquista.

Dos de los agraciados por estas adjudicaciones fueron Antonio Bermúdez y Sebastián Bello, y Bermúdez se convertiría así en el primer propietario de las tierras donde luego se formaría el pueblo nuevo de Pilar.

El historiador Aldo Beliera indica en su blog que, además, “es interesante destacar que las tierras ocupadas hoy por la ciudad cabecera del partido de Pilar, pertenecieron desde comienzos del siglo XVIII al Capitán Gerardo Pérez por compra efectuada a Pablo Barragán y sus herederos, quienes las habían recibido por legado testamentario de su abuela Da. Ana de Caballero”.

“Estas tierras tenían un frente de 1.550 varas al río Luján por legua y media de fondo hacía el río de Las Conchas, hoy Reconquista, sus linderos eran D. Francisco Gómez de Saravia y D. Francisco Pérez, suegro y hermano del comprador”, agrega.

Con el tiempo, poco a poco, se fue formando nuestro pueblo en lo que hoy conocemos como Pilar Viejo (emplazado en la zona que hoy ocupa el kilómetro 57 de la Ruta Nacional 8) con el culto a la Virgen (de la mano de María Cabezas) y, si bien en un primer momento la idea de tener un pueblo a orillas del río parecía buena para tener un gran aprovechamiento del agua, lo cierto es que no hubo desarrollo ni crecimiento durante los primeros años.

Beliera aportó un documento realizado en 1799 que sirve para situar la capilla y el poblado, donde se observa un diseño incorporado en el juicio promovido por D. Luís Antonio de Tagle, cura Vicario del Pilar, contra los herederos de Gerardo Pérez de la Rosa, por el derecho a unas tierras contiguas al templo

En este diseño está demarcado un arroyo, cuya curvatura ha servido para ubicarnos años atrás. Según esta especie de mensura, el pueblo habría tenido una extensión aproximada de 400 varas por otras 400 varas, (unos 344 metros por cada lado). La iglesia, el único edificio demarcado importante, habría estado a unas 200 varas del arroyo (170 metros).

El pueblo y a juzgar entonces por este documento, era un caserío muy reducido, con pocos hogares y escasos vecinos. Esta dimensión del pueblo también es validada por los argumentos que los pilarenses llevaban a las autoridades del Cabildo para convencerlos del traslado del pueblo: “…desde la construcción de la parroquia, solo hay unas pocas casas armadas con horcones de madera y techos de paja”.

La lucha de los vecinos por lograr el traslado llevó su tiempo e incluso acudieron a una personalidad más que influyente para la época, Fray Francisco de Paula Castañeda, sacerdote y periodista en el año 1817, según detalló el historiador Miguel Ángel de Marco.

Tras la intervención de Castañeda y la insistencia vecinal, finalmente el 3 de junio del año 1818, “el gobierno nacional” emite la norma donde aprueba y autoriza el traslado del pueblo.

Fue por una norma suscripta por el Director Juan Martín de Pueyrredón en donde concede el traslado del Curato al actual emplazamiento, debido a los continuos desbordes del río. El trazado actual de Pilar Centro comenzó en 1821 y hacia el año 1829 dejaron de realizarse oficios religiosos en el Pilar Viejo para pasar a la nueva Parroquia Nuestra Señora del Pilar.

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