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Señalaron que las autoridades desoyeron los consejos de los expertos en la materia, y afirmaron que el desenlace era previsible. “Todo cayó en saco roto porque las grandes medidas no se tomaron”, expresó María Rosa Batalla.
Las inundaciones en el distrito y gran parte de la provincia de Buenos Aires generaron los primeros reclamos contra la falta de infraestructura para contener las consecuencias de las intensas lluvias.
Concretamente, las quejas por la ausencia de obras en la cuenca del río Luján generó el reproche de los ambientalistas, quienes a través de María Rosa Batalla expresaron su punto de vista y criticaron a las autoridades por no escuchar los consejos de los expertos.
“Hay un problema cuando uno quiere centrarse en una sola causa. Vivo diciendo que la cuenca es un sistema, y funciona como tal. Si vos tocás o alterás algo en un parte va a repercutir en todo”, señalo en declaraciones al programa “La Mañana de Resumen”, de FM Del Sol (91.5).
“Las causas son múltiples. Hay un cambio climático, que está atravesando el planeta tanto naturalmente como también por el efecto invernadero y los gases que se tiran a la atmósfera”, agregó.
En este sentido, Batalla apuntó que “después hay una escala regional o local, en la que entran todas las alteraciones realizadas fuera del cambio climático para que las cosas ocurran como están sucediendo. El Comité de Cuenca, que sería el que a veces tiene que tomar medidas y resolver, poco caso le ha hecho a la comisión asesora, entonces también se llega a estos casos así”.
“Hace 10 años que trabajo con la cuenca, y hemos comentado que esta situación podía llegar, además de decirle al vecino como enfrentar este hecho una vez que ocurra. Y uno ve que todo eso cayó en saco roto porque las grandes medidas no se tomaron”, criticó.
Asimismo, argumentó que “se ha construido sobre espacios de absorción, generando que sea todo cemento y el agua no tenga por donde irse, y se suma en la cuenca alta el problema de los canales clandestinos, realizados para que el agua no quede y se pudra la cosecha”.
“Hidráulica debería haber controlado pero no lo hizo, ese es su pecado. Permitieron que realizaran esas tareas, y que en la cuenca media y baja se instalaran urbanizaciones cerradas, donde no debería haberse instalado nadie”, disparó.
Finalmente, expresó que “esto iba a pasar, y nos tomaron como locos ambientalistas que siempre tiran bombas, pero era lógico. El río pide lugar para drenar, y si le tapas eso se mete en los barrios y en las ciudades”.
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