Son datos de la Procuración de la Corte Suprema bonaerense. Los homicidios en ocasión de robo o relacionados con otros delitos experimentaron una notable caída desde abril.
Los homicidios en ocasión de robo o relacionados con otros delitos experimentaron un notable descenso desde abril, cuando el gobernador Daniel Scioli decretó la emergencia en seguridad, hasta septiembre pasado, según datos de la Procuración de la Corte Suprema de la Provincia que el Gobierno interpretó como una evidencia del resultado positivo de una “mayor prevención”.
La estadística indica que en abril hubo en la provincia 28 homicidios dolosos cometidos en ocasión de robo u otros delitos vinculados a la inseguridad pública, mientras que en septiembre esa cifra cayó a 17 casos. En el Conurbano, la merma es aún más marcada: un descenso de 25 a 9. Medido en términos porcentuales, el descenso es del 40 y el 64 por ciento, respectivamente.
El dato fue elaborado por la Procuración, como ocurre habitualmente, a través de las Investigaciones Penales Preparatorias (IPP), que son las causas abiertas en la Justicia por los delitos. Y se refieren a un indicador que no tiene cifra “negra”, como puede ocurrir con, por ejemplo, los robos, algunos de los cuales eventualmente no son denunciados por sus víctimas.
“Es el dato que se usa a nivel mundial en el análisis de la inseguridad, porque es el más seguro”, dijo el ministro de Justicia, Ricardo Casal, quien calificó de “muy importante” el descenso.
A la vez, el funcionario descartó que se trate de una tendencia habitual para ese período del año: “al contrario, los homicidios siempre se distribuyen en forma pareja a lo largo de los meses”, explicó.
En ese plano, los datos marcan un descenso constante, después de un salto al alza inicial. Así, en abril hubo 28 crímenes de este tipo en la provincia, 31 en mayo, 24 en junio, 20 en julio, 18 en agosto y 17 en septiembre. En el conurbano, la evolución es 25, 26, 18, 16, 12 y 9 casos para los mismos meses.
El gobierno elaboró un estudio en el que correlacionó algunas de las medidas contenidas en la Emergencia, decretada el 4 de abril por Scioli, con la evolución decreciente de los homicidios.
Así, ese mes hubo 28 crímenes, pero en agosto, cuando se habían entregado 761 nuevos patrulleros y se habían puesto en funcionamiento 36 Comandos de Patrullas Comunitarias (CPC), los crímenes descendieron a 20 en el mes.
Para Casal, la cuestión se resume en que “lo que ocurre es que ahora hay mayor prevención”, que es “la principal vía para reducir” los crímenes. Para el gobierno de Scioli, los CPC permitieron una “mayor presencia en los barrios” y suponen “un cambio de la lógica de la comisaría, para que los vehículos y el personal esté abocado en su mayoría a prevenir”.
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