“No vamos a seguir permitiendo que este tipo de personas nos sigan amedrentando y quieran hacernos callar”

Han pasado diez días desde que la ex precandidata a diputada por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores Unidad (FIT-U), Mónica Aguirre y su pareja Mario Martínez, denunció que fueron atacados en un local gastronómico de Presidente Derqui.

Ante la falta de respuestas ante la denuncia realizada, Juntas y a la Izquierda, Libre Diversidad y el MST tomaron la decisión de movilizarse hacia el comercio, ubicado en Avenida Alfaro e Yrigoyen, exigiendo justicia. En la movilización participó también la ex precandidata a vicepresidenta Vilma Ripoll.

Es que según denuncian, los propietarios del local son, además, padres de un hombre que está preso y fue acusado de abuso sexual. “Mónica Aguirre y Mario Martínez, su compañero, hará dos semanas fueron golpeados, amenazados, discriminados en el local de comidas por el hecho de que nos acusan de haber participado de una movilización en donde otra organización escrachaba al hijo de la dueña por violación de menores. Él está denunciado, está confirmado”, explicó a Resumen, Natalia Espasa, referente de Juntas y a la Izquierda.

Aquel día Mónica Aguirre llegó junto a Martínez al local sin saber que se trataba de la misma familia de este sujeto, se sentó, pidió la comida y no fue hasta después de haber pagado que empezó el conflicto: “le cobraron y ella veía que empezaba a entrar gente. Antes de retirarse, la dueña la increpa, empezó la discusión. No hubo altercado, no se contestó la agresión física. A Mario le partieron una silla de madera en el cuerpo, lo tiraron al piso entre varias personas”.

Y agregó: “eran 20 personas contra dos, fue armado porque esperaron que termine de comer, lo estuvieron premeditando y esperando que lleguen más personas”.

“Hacemos una movilización porque entendemos que estas personas no pueden seguir atendiendo al público, es una familia de violentos. Él está acusado de ser violador de menores y su familia de haber violentado a nuestros compañeros. Eso no lo vamos a permitir, hoy es Mónica, pero mañana puede ser otra persona.”, argumentó.

Espasa detalló que el denunciado “tiene algunos problemas con la ley”: “está detenido, le encontraron dispositivos explosivos en su automóvil. Entonces, él queda detenido y ahí se ve que tenía estas denuncias de violación, la familia se enfurece y reconoce a Mónica que participó de una de las movilizaciones contra de este violador”.

“Si tocan a una, nos tocan a todos. No vamos a seguir permitiendo que este tipo de personas, patoteras, acusados de violación, nos sigan amedrentando, que quieran hacernos callar. Con nosotros no van a poder, vamos a seguir denunciando. Pedimos que se clausure el local de estas personas violentas”, agregó.

Consultada por el accionar policial ante la situación y la denuncia realizada por Aguirre, mencionó: “quien llamó a la policía es Mónica, quien va a hacer la denuncia es Mónica. Esta familia llegó después que nosotros, pero la denuncia se la tomaron a ellos. Pudimos hacer una exposición, el lunes fuimos a fiscalía y le dijeron que no podía denunciar porque ya había una denuncia, porque quieren hacerlo pasar como una pelea entre dos familias, pero no fue eso. Esto fue una emboscada, premeditada, ellos lo planearon. El fiscal de la causa nos atendió, nos dijo que sabía, que tomaría cartas en el asunto, quedó que enviaría patrullaje por la casa de Mónica, pero eso no pasó”.

“No se actuó de la manera que se tenía que actuar cuando estuvieron las denuncias de violación, la justicia dejó en banda a la familia de menores abusadas, no siguió con esto. Vamos a ver si la fiscalía se pone a investigar a este personaje. Nosotros seguiremos haciendo lo que sabemos hacer, que es movilizarnos, seguir denunciando”, cerró Natalia Espasa.