Lo vivido este jueves en el HCD no solamente muestra las miserias más preocupantes de nuestra sociedad, sino también refleja como un retrato inentendible el papel de las que se dicen autoridades. El rol del encargado de Seguridad del HCD Miguel Zakhem fue autoritario y por momentos lamentable: creyó que anteponiéndose con su humanidad en la puerta de entrada iba a frenar el enojo de la irritada multitud, que tras un feroz empuje colectivo lo pasó por arriba.
Acto seguido, la situación no solamente no mejoró, sino que se volvió aún más restrictiva: fuimos varios los trabajadores de prensa que por su orden –o de más arriba- quedamos afuera con la sesión iniciada y nos vimos prohibidos de empezar la cobertura como sí pudieron hacerlo los colegas que alcanzaron a ingresar. Esto es algo que sin dudas debería cambiar, a no ser que no se quiera una difusión de los proyectos que se impulsan desde el Ejecutivo. Sería ilógico.
Aun así, los hechos lamentables no terminan: en lo que fue una situación insólita, algunos concejales demorados tuvieron impedido el paso por dos personas de gran porte, pero escaso conocimiento de quién debía pasar y quién no. Si ese es el accionar que avala una persona que se asume como encargado de velar por la integridad de concejales, periodistas y vecinos durante las sesiones, un debate en paz pasa a ser una utopía tal como encontrar una aguja en un pajar.
Párrafo aparte para el Cuerpo Legislativo, que si bien debe ser la voz que defienda los intereses del pueblo, por momentos ingresó en un cruce de chicanas que no frenó mientras duró el debate y avivó aún más el griterío ensordecedor de fanáticos –genuinos o mandados- de un lado y del otro. Son cruces que no suman y que dejan a la vista un problema que tiene la sociedad toda, que por lo visto lejos está de mejorar: la falta de respeto y tolerancia. Cuando eso no exista y podamos asimilar las ideas parcial o totalmente diferentes que puedan abordar otros individuos para tener la grandeza de encontrar puntos en común, tal vez algún día podamos llegar a crecer y ser mejores ciudadanos.
Franco Carluccio
De la redacción de Resumen
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