Viernes 26 de Abril de 2024

Concientización y fidelización tributaria para bajar la evasión y la carga fiscal


  • Domingo 13 de Octubre de 2019
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  Por Gustavo Giacomo, economista El nivel de formalización de las transacciones en Argentina todavía es relativamente bajo y la AFIP estima que un tercio de la recaudación de IVA se pierde por evasión. La recaudación potencial, definida como la recaudación que podría obtenerse en caso de que no existiese incumplimiento, muestra las ganancias potenciales de reducir este fenómeno nocivo. Para tener una dimensión global, si se suman los tres principales recursos tributarios nacionales, IVA, Ganancias y los recursos previsionales, considerando un nivel inicial similar de incumplimiento en todos ellos (33 por ciento), lograr una reducción de 10 puntos porcentuales generaría recursos extra por nada más y nada menos que un 2,6% del PBI. Entre las razones que explican tan elevado incumplimiento tributario argentino, aparece el bajo incentivo que tienen las partes intervinientes en una operación para formalizar la misma. Esto es producto no solo de una “baja cultura fiscal”, sino también de la elevada carga tributaria a la que llegó nuestro país en los últimos años. Además, cuestiones de administración tributaria como la existencia de múltiples regímenes de recaudación anticipada, hacen aún más costosa la formalidad de una transacción. El alto peso de los tributos dentro del costo de una operación aumenta el diferencial de rentabilidad por incumplir. A nivel micro, esto ocasiona una evidente situación de competencia desleal entre quienes operan en blanco y quienes no lo hacen. Asimismo, como la actividad del Estado es fondeada a través del sistema tributario, un incumplimiento elevado genera una clara situación de inequidad entre los habitantes que se atienen a la formalidad y aquellos que están en negro, además de exigir una carga tributaria global más alta sobre quienes pagan. Dicho de otro modo, si más contribuyentes cumplieran con la normativa tributaria, podría recaudarse lo mismo que en la actualidad pero con una menor carga tributaria para todos. Esto resulta aritméticamente equivalente a decir que con la misma carga tributaria se recaudaría más dinero si hubiera mayor cumplimiento. Desde mi punto de vista, Argentina debería aumentar su grado de cumplimiento fiscal bajando simultáneamente la carga tributaria. Es decir, recaudando lo mismo, pero con menores alícuotas y más base imponible. Dos propuestas concretas Uno de los principales instrumentos de lucha contra la evasión es conseguir un alto porcentaje de formalización de las transacciones, dado que cuando la cancelación de las mismas se canaliza a través de un instrumento financiero (no anónimo), quedan rastros que pueden ser utilizados por los organismos tributarios nacionales y provinciales para efectuar fiscalizaciones. Las dos propuestas concretas que propongo están enfocadas en brindar incentivos para que los consumidores se comprometan con un mayor nivel de formalización en sus transacciones.
  1. Programa de fidelización fiscal nacional: Es un mecanismo destinado a los niveles medios de ingresos que implementa un “sistema de fidelización” por suma de puntos, imitando los mecanismos promocionales que se utilizan habitualmente en el sector privado. En breve, se crearía un sistema de acumulación automática de puntos canjeables por beneficios relacionados al monto de compras canceladas con medios de pago formales, lo que reemplazaría al pedido “directo” de entrega de la factura o ticket.
Para maximizar el posible incentivo a los consumidores, los beneficios serían duales: i) sorteos periódicos de montos en dinero, donde la probabilidad de ganar esté asociada a la cantidad de puntos acumulados; ii) un sistema general y permanente de canje de los puntos acumulados por distintos tipos de bienes y servicios. Un sistema estructurado con estos lineamientos generales admite variaciones respecto a medios de pago, beneficiarios potenciales, consumos incluidos y beneficios a otorgar, entre otros.
  1. Devolución de parte del IVA: El mecanismo de devolución parcial de crédito fiscal por compras con medios de pago formales ya tuvo experiencias en nuestro país, desde la devolución de una porción del IVA por compras realizadas con tarjeta a principios de este siglo, hasta el reintegro casi total a jubilados y beneficiarios de AUH de inicios de la actual gestión nacional. Una propuesta superadora de dichas experiencias implica una devolución del IVA limitada (para acotar su costo fiscal), que persigue el doble objetivo de, por un lado, recuperar el incentivo para la formalización en las transacciones; y por otro, lograr una mayor progresividad mediante una devolución diferenciada del IVA de los consumos abonados formalmente. Para esto último se plantea limitar el beneficio para que sea percibido por los estratos de menores ingresos, segmentando a los titulares de los medios de pago para posibilitar una aplicación diferencial del beneficio (por edad, localización geográfica del consumidor, fuente y monto de los ingresos) junto a una devolución limitada según las características del tipo de bien o servicio consumido, incluyendo a los de consumo masivo para favorecer la progresividad.
Como toda propuesta de acción, debe reconocerse la existencia de costos de llevarla a cabo. En función de los análisis realizados, estimo que con una reducción de 0,5 puntos porcentuales por año de los niveles de incumplimiento en los principales tributos, se puede hacer frente a dichos costos. Si se lograse una reducción más exitosa, los recursos extras generados deben destinarse a financiar la reducción en la carga tributaria argentina. Para que el mecanismo sea transparente debe elaborarse una fórmula simple que permita identificar el monto de la recaudación resultante de los menores niveles de evasión. Una vez determinado el monto de recaudación extra, éste debe ser asignado a la baja de carga tributaria del próximo ejercicio fiscal. Por último, sostengo que estas medidas deben ser acompañadas por fuertes campañas de concientización tributaria que se generalicen en todo el país y se sostengan en el tiempo para lograr un cambio cultural significativo de los argentinos en su relación con el fisco y la prestación de bienes públicos.

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