Viernes 26 de Abril de 2024

La Clínica Fátima se suma a las advertencias por colapso: “La situación es bastante grave”

La institución indicó que el crecimiento de casos de coronavirus en las últimas dos semanas fue “abrupto”, y las capacidades están al límite. También señalaron que son muchos los jóvenes con complicaciones que requieren internación.


  • Martes 13 de Abril de 2021
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La institución indicó que el crecimiento de casos de coronavirus en las últimas dos semanas fue “abrupto”, y las capacidades están al límite. También señalaron que son muchos los jóvenes con complicaciones que requieren internación.

Las cifras parecen hablar por sí mismas, el crecimiento de contagios es exponencial, y la segunda ola de coronavirus desvela a las autoridades que ya han comenzado a implementar medidas y miran de reojo el botón rojo.

En el distrito, el sistema de salud es el encargado de tomar la palabra, y luego de la advertencia de colapso por parte del Hospital Austral, ahora es el turno de la Clínica Fátima que asegura no dar abasto con las camas para cuidados críticos e intermedios.

“La situación es bastante grave, y no sólo para nosotros, esta es una cuestión que se está viviendo en una buena parte de la provincia de Buenos Aires y Capital Federal. En estas dos semanas hemos tenido un crecimiento abrupto, con una ocupación prácticamente total de lo que son las camas del área de Covid, incluso abriendo la sala y aumentando la cantidad”, contó a Resumen Emiliano Delafosse, médico que se desempeña en la institución.

Asimismo, aseguró que “el panorama es bastante malo respecto de la progresión de los casos. El año pasado eran personas de un promedio de edad entre 50 y 60 años, con enfermedades prexistentes, y hoy vemos mucha gente joven con mala evolución”.

Y explicó que eso provoca que “la cama de terapia se ocupa bastante rápido, porque el paciente progresa mal, requiere más cuidados, y la realidad que es que nos encontramos con un escenario difícil, donde tampoco vemos que haya una consciencia social para evitarlo”.

Delafosse sostuvo que, si bien “internamente se está trabajando muy bien, la sociedad no entiende que los recursos son finitos. No son ilimitados. Si las camas de terapia se ocupan, no hay más”.

Por otra parte, respecto del comportamiento que se observa, expuso: “Vemos internaciones de pacientes de 15, 18, 20 o 30 años, que el año pasado casi no existían. Pero más allá de que sea por lo que hacen, las fiestas, contactos y demás, también debemos hablar de que enfrentamos esta famosa nueva cepa, ya que ha habido un cambio en lo que es la presentación y la progresión de los síntomas. Antes un paciente podía evolucionar mal, pero era más gradual, en días. Hoy un paciente joven y sin antecedentes, en apenas horas se complica”.

Según explicó, el desafío actual es que los pacientes progresen de la mejor manera posible para poder seguir con cuidados en sus hogares y liberar las camas para quienes más lo necesitan. Y respecto del remedio para el momento que se vive, planteó: “Solución creo que hay una sola, pero es muy complejo plantearla. Se trata de una medida drástica, un cierre estricto de por lo menos unas dos semanas, para que se frene la replicación de contagios por 10 o 15 días, y después volver con la apertura. Así, aleatoriamente, quizás sea la única manera de poder controlar la cuestión sanitaria, pero también hay que entender que hay una sociedad que necesita trabajar y que probablemente eso no lo acepte”.

No obstante, manifestó: “Esto lo planteo como médico, pero si tuviera un almacén o una ferretería diría que es ilógico. De todas maneras, lo que sucede también es que esa gente cuando se contagia llega a las instituciones y se pone muy mal, a veces en tonos violentos, al enterarse que no hay camas. Esto es algo que se está avisando hace muchos meses que puede pasar, y creo que la gente no lo escuchó”.

Respecto de la realidad que vive el personal de salud, indicó que “hay mucho cansancio, no ha habido vacaciones por parte de casi nadie, a veces tenemos bajas y es más difícil encontrar un reemplazo. De todas formas, se está haciendo un gran trabajo con lo que hay, pero también se tiene que ir improvisando en base a los recursos con los que se cuenta, tanto humanos como técnicos”.

Finalmente, cerró: “La moraleja es que la gente va a tener que tomar consciencia de que acá la vacuna es una ayuda importante, pero no la solución. Y lamentablemente, para ponerle fin a esto vamos a tener que comenzar a ser más responsables social y colectivamente. Hemos visto familias enteras que han sido golpeadas por el Covid, pacientes que se internan y les ha fallecido un padre, una tía, un hermano y a veces familias completas. Por eso nos preguntamos que más se necesita ver para tomar consciencia y ayudar”.

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