Un tropiezo que duele

Al hablar de derrotas debemos asumir que todas duelen, pero las que se producen en tu casa lo hacen aún más. Un claro ejemplo de esto fue lo sucedido en la tarde de hoy en el Estadio Carlos Barraza, donde Real Pilar se disponía a empezar a cerrar de la mejor manera su participación en el Torneo Clausura ante Claypole, pero no estuvo a la altura de lo que venía mostrando y cayó por 1 a 0.

Si bien el resultado no tiene una gran relevancia en cuanto a lo inmediato, debido a que la victoria por 3 a 1 obtenida por Deportivo Español el último sábado como visitante frente a Central Córdoba de Rosario ya los había dejado sin chances de campeonar, si importaba viendo lo que se avecina en cuanto al rival que puede llegar a cruzarse en su camino durante los octavos de final del Torneo Reducido que definirá el único ascenso a la B Metropolitana.

En esta disputa es que el duelo ante Claypole tomaba una gran magnitud, siendo que ambos se encuentran pugnando por los primeros puestos y una victoria significaba sacarles una diferencia definitiva en cuanto a puntos. Aunque por otra parte, cabe destacar que esto influye meramente en lo anímico, ya que esta categoría ha dado sobradas muestras de que cualquiera puede ganar.

Con este panorama, ambos equipos salieron a la cancha a disputar un partido muy parejo en el que ninguno se encontraba dispuesto a resignar espacios y todo hacía indicar que se definiría por detalles. Así fue como ocurrió que, a los 37 minutos de la primera mitad, Claypole lograría llegar al área sin mayor impedimento de la defensa local y tras un despeje deficiente Sergio Acosta se encontró con el balón dentro del área y le rompió el arco a un Pablo Adasme que se quedó sin reacción ante un potente remate.

El segundo tiempo no tendría demasiadas emociones, a pesar del gran empuje realizado por el elenco pilarense, y el resultado culminaría en derrota para los dirigidos por Tomás Arrotea.

El Monarca ahora pondrá la cabeza en el duelo del próximo fin de semana ante Victoriano Arenas fuera de casa para cerrar el torneo y meterse de lleno en el reducido.