El pasado mes de febrero se celebró el Día del Carnavalito en Jujuy

Desde 1982, se realiza un sentido homenaje a Edmundo Zaldívar (hijo), un porteño que compuso una canción en 1941 y que luego se transformara en el  himno de los  jujeños: El Humahuaqueño. El 7 de febrero de 1978 dejó de existir  un músico que le dio a Jujuy uno de los temas más bellos que nos identifica en todo el mundo: Edmundo “Porteño” Zaldívar, en su honor se festeja en la provincia el Día del Carnavalito. Con tal motivo, durante todo el día se programaron homenajes, recordatorios y hasta hubo un espectáculo musical bailable donde se rindió tributo al compositor de “El Humahuaqueño”. Las actividades comenzaron por la mañana, frente a la municipalidad de la ciudad histórica, que contó con la actuación  de ”Los Zaldívar”, grupo integrado por descendientes del autor de la obra que identifica a la Quebrada de Humahuaca y que tiene más de 2 mil versiones en varios idiomas alrededor del mundo. El conjunto está conformado por Carlos Edmundo Zaldívar (h), en voz, su hijo Charly en charango, quena, guitarras y bombo y Marcelo Zaldívar.  Actualmente, los restos de Edmundo Zaldívar descansan en un mausoleo del cementerio San Antonio de Humahuaca, donde continuaron los homenajes cerca del mediodía. Un himno para Jujuy Carlos Edmundo Zaldívar (h), recordó que su padre creó el Humahuaqueño en el año 1941 “en un tranvía, escuchando el repiquetear de las ruedas en las vías, con la síncopa rítmica del frenado, así empezó a parafrasear, naciendo la melodía que todos conocemos. Cuando llego a radio El Mundo donde se desempeñaba como guitarrista estable, compone la música y dos estrofas de la letra que luego completaría”. Así nace esta obra que recorrió el mundo, cuando su autor aun no conocía Jujuy, recién lo hizo dos años después cuando arribó a Humahuaca respondiendo a una invitación de los célebres Hermanos Aramayo, con quienes entabló una gran  amistad. En su faz como músico, en 1955, Zaldívar viajó a Europa, recorriendo más de 20 países, llevando la música folklórica argentina como estandarte. En 1963 ganó en el Festival de Cosquín la Medalla de Oro a la Mejor Música Inédita.