La acumulación de residuos se da en un terreno que se extiende desde la calle Seguí hasta Los Arrayanes. Un frentista señala que los desechos comenzaron a ser arrojados hace tres años y denuncia problemas de salud y de inseguridad, por la altura de los pastizales.
Un gran basural en La Lonja genera malestar entre los vecinos del lugar. Se trata de un enorme predio que va desde la calle Seguí hasta Los Arrayanes donde se acumulan residuos de distinta índole: escombros, ramas, envoltorios y comida en mal estado.
Un vecino de la zona, Enrique Dubrá, explicó en diálogo con periodistas de Resumen que “hace alrededor de tres años que comenzaron a arrojar basura en el baldío. Los primeros camiones que llegaron fueron de la Municipalidad pero luego comenzó a arrojar todo el mundo. Vienen del barrio Los Tilos y camiones que no sabemos su procedencia pero que también depositan sus desechos en el terreno”.
En sumatoria, Dubrá señaló que el lugar se vuelve propicio para que se cometan delitos ya que la altura de los pastizales y la falta de alumbrado público convierten al predio en un lugar ideal para la emboscada de delincuentes ante la gente que pasa desprevenida.
“Hace un tiempo, atacaron al hijo de una vecina. Lo ataron en el lugar y le sacaron todo, desde la billetera hasta la ropa. También hay autos quemados que se ve que han robado y han desmantelado en el lugar. Nadie se quiere arriesgar a pasar por ahí”, expresó Dubrá.
Pero el vecino no se quedó de brazos cruzados. Desde que notó la gravedad del problema, se dirigió a la subsecretaría de Obras y Servicios Públicos para realizar los correspondientes reclamos. Pero, tras casi dos años de llamadas y pedidos, la situación todavía no fue atendida.
“Desde que se comenzó a acumular la basura, me comuniqué para pedir no solo que limpien el lugar sino también que arreglen las calles que están destrozadas. No pedimos asfalto, solo que las emparejen y hagan las zanjas. Pero les dan la máquina por unas horas y se la sacan, cuando se necesita que la dejen un mes como mínimo”, señaló.
Además, resalta el problema que acarrea la acumulación de basura. Los malos olores y la aparición de roedores son una realidad con la que el barrio debe lidiar teniendo en cuenta las enfermedades que esto puede causar.
Para cerrar, Dubrá resaltó que el resto de los vecinos ya se cansó de pedir por la limpieza del lugar. “Para qué van a pedir si saben que no les van a prestar atención. Además, hay muchas personas de la zona que aprovechan la situación para tirar sus residuos en el terreno. Si seguimos así, la basura va a seguir creciendo hasta llegar al arroyo Pinazo con toda la contaminación que eso significaría”, sentenció.
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