La idea se reflotó esta semana en una reunión del Decanato, que se realizó en la iglesia pilarense. El avance de las obras de asfalto en la Ruta 234 motivó a los eclesiásticos a tratar de organizar la tradicional caminata en menos de un mes.
Según fuentes de la Parroquia Nuestra Señora de Pilar, esta semana, en el marco de la reunión mensual del Decanato pilarense, hubo consenso entre los sacerdotes de la zona para que la peregrinación anual de la Diócesis Zárate-Campana a la basílica de Luján vuelva a tener este año como uno de los lugares cabecera de partida a la iglesia de Pilar.
De esta manera, la tradicional y multitudinaria marcha a pie al santuario de Luján se reanudaría después de cinco años, utilizando la Ruta N° 234, conocida como el “Camino Real”, que se encuentra en estos momentos en plena tarea de pavimentación.
Según explicó el integrante de la secretaría de Comunicación de la Parroquia local, Alberto Marzano, habría un tramo de unos 4 kilómetros que no estarían terminados para el día de la peregrinación.
“Creo que no llegarán a finalizar la pavimentación, pero el camino está perfecto hasta la Ruta 6, por lo que calculo que no impediría el normal desarrollo de la marcha. En el peor de los casos, si lloviera horas antes o una vez comenzada la peregrinación, se podría implementar que dos o tres micros trasladen gente desde la Ruta 6 hasta el barrio más cercano a Luján, donde los peregrinos tomarían nuevamente calles de asfalto para llegar a la basílica”, detalló.
Asimismo, Marzano agregó que “de todas maneras, ese sector de la ruta, que es de tierra, siempre estuvo en muy buenas condiciones de transitabilidad porque tiene un muy buen mantenimiento por parte del Municipio de Luján”.
Contrarreloj
La peregrinación de la Diócesis Zárate-Campana se realiza el primer sábado de noviembre. Aunque la decisión este año es que los peregrinos partan a la medianoche del sábado 1° del mes próximo, desde la Iglesia Nuestra Señora del Pilar no resulta sencillo organizar todo el dispositivo logístico y de seguridad necesario para el normal desarrollo de la procesión.
Generalmente, la organización de este evento se realiza con dos o tres meses de antelación y, en esta oportunidad, el plazo se acotó a menos de un mes. En el desarrollo de la marcha, son áreas municipales las que son comprometidas en el seguimiento, además de otras instituciones como la Policía, Bomberos Voluntarios y la Cruz Roja.
Desde la Iglesia deben formar los grupos de animación y los coordinadores que acompañan a los peregrinos toda la noche camino a Luján. También tienen que convocar a voluntarios que se quieran sumar a la organización, aportando móviles de apoyo o atendiendo a los peregrinos en los lugares previstos para el descanso.
Los sacerdotes que participaron de la reunión mensual del Decanato admitieron que no queda mucho tiempo para cerrar estas cuestiones y, por ello, establecieron lo que resta de esta semana como plazo para tomar una decisión definitiva al respecto.
Cabe recordar que por la Ruta 234, los caminantes se ahorran unos 8 kilómetros de recorrido, por ello también solía sumarse la columna de creyentes que salía desde Escobar al numeroso grupo de peregrinos de todas las localidades del distrito.
Cuando hace un lustro se decidió no utilizar ese camino debido a su pésimo estado, la alternativa para los pilarenses fue sumarse a las columnas que vienen por Ruta 6 desde Campana y Zárate, con lo que se perdió de alguna manera la “localía” tradicional y “muy pilarense”: durante décadas la Parroquia Nuestra Señora del Pilar había sido una de las cabeceras de concentración y salida de la peregrinación anual de la Diócesis Zárate-Campana.
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