La crisis en la planta de ILVA, ubicada en el Parque Industrial de Pilar, sigue sumando capítulos de tensión. Hoy por la tarde, en el kilómetro 50 de la autopista Panamericana, los empleados despedidos realizaron un corte que interrumpió la circulación en ambos sentidos. Pasadas las 18, y con intervención de la Policía Vial, se resolvió liberar un carril por sentido para aliviar el tránsito, que comenzaba a verse seriamente congestionado. Ya cerca de las 19, llegó Gendarmería y el tránsito empezó a liberarse, aunque todo el distrito se vio afectado por la manifestación, los desvíos fueron un caos y todas las zona aledañas a la Panamericana, también.
Protesta de despedidos de Ilva. Levantan el corte total de Panamericana y lentamente liberan un carril en cada sentido. Sigue el caos de tránsito pic.twitter.com/WGTTHhBmwA
— Diario Resumen (@DiarioResumen) October 1, 2025
El conflicto tiene como trasfondo los 300 despidos que la compañía aplicó a fines de agosto y el incumplimiento en el pago de la última quincena. Esa situación derivó en una batería de medidas de protesta que se vienen replicando tanto en Pilar como en la Ciudad de Buenos Aires.
Por otro lado, ayer un grupo de operarios se movilizó hasta la sede de la Unión Industrial Argentina (UIA) en el microcentro porteño, donde expusieron públicamente sus reclamos. En paralelo, en Pilar, persiste el acampe en dos frentes: uno sobre la calle Rivadavia, en pleno Paseo del Centro, y otro en la puerta de la fábrica, dentro del Parque Industrial.
La presencia de los trabajadores se convirtió en un símbolo del conflicto laboral que atraviesa a la región. “Nos niegan lo que nos corresponde”, expresaron.
El reclamo también encontró eco en la agenda política. Tras inaugurar una nueva sucursal del Banco Provincia en el Parque Industrial, el intendente Federico Achával y el gobernador Axel Kicillof se acercaron a dialogar con los trabajadores. Allí, el mandatario bonaerense advirtió sobre el impacto de la política económica nacional en distintos sectores productivos.
“Hoy se está frenando la obra pública, caen los salarios y se resiente el consumo interno. La construcción es madre de industrias y fuente de empleo. Sin producción, sin industria y sin construcción, no hay salida”, afirmó Kicillof, subrayando que la solución requiere un cambio de rumbo económico.
Mientras tanto, los despedidos sostienen que no abandonarán las calles hasta obtener una respuesta concreta de la compañía y el pago de lo que les corresponde. La conflictividad, lejos de disminuir, parece profundizarse con el correr de los días.
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