Como parte de su objetivo de difundir una cultura sustentable en la comunidad, la iniciativa puso en marcha el nuevo modelo. Ofrece desde hace cinco años el ámbito para que se encuentren productores y consumidores.
La firma Sabe la Tierra lanzó su primera franquicia social en el distrito, como consecuencia de una vocación por difundir una cultura que favorezca al medioambiente en la comunidad, siendo nexo para productores y consumidores que buscan una relación más equitativa y sana.
El emprendimiento es una franquicia con sentido social, cuyo principal objetivo es promover una cultura sustentable que genere impacto positivo en la comunidad. Difunde y pone en práctica el consumo responsable, la producción sustentable, el comercio justo y el desarrollo local.
De esta manera, al crear nuevos mercados, se abre la posibilidad de que más productores encuentren un espacio de pertenencia, donde se los valore y puedan comercializar sus productos y tomar contacto directo con sus consumidores. Al mismo tiempo, la comunidad se beneficia con la aparición de estos espacios de encuentro donde además de comprar sin intermediarios tiene la posibilidad de acceder a alimentos saludables y de producción local.
“Abrir una franquicia Sabe la Tierra nos lleva meses de trabajo conjunto. Primero es encontrar a las personas, conocernos, transmitirles nuestra filosofía, contagiar el espíritu y formar equipo. Luego viene el proceso de transferencia, la sistematización a través de manuales y documentos y andar junto a otros este nuevo camino. Hay mucho interés en emprender Mercados Sabe la Tierra y nos era imposible poder hacerlo solos. Es una alegría sentir que otros pueden replicar en sus comunidades este modelo. Para mi es fundamental encontrar personas que puedan emprender con el mismo espíritu con el que Sabe la Tierra fue gestado. Sentir que se va a respetar la esencia con el que abrí por primera vez un mercado en mi propia casa y que ahora se va a replicar por toda la Argentina, es otro sueño que se cumple”, cuenta Angie Ferrazzini, fundadora de Sabe la Tierra.
Poner en marcha un nuevo mercado significa dar oportunidades a más productores y consumidores y que la comunidad gane accediendo a alimentos saludables cerca de su propia casa. Ahora además da la posibilidad de que otras personas puedan emprenderlo.
“Emprender un Mercado Sabe la Tierra fue un proceso muy lindo. Primero visité los Mercados que ya estaban en marcha, hice la experiencia de asistir en la coordinación, de pasar un día de mercado junto a las coordinadoras y productores. Sentí un espíritu de mucha colaboración, de generosidad, de cooperación. Sentirse acompañada en este proceso de emprender es fundamental”, cuenta Isabel Carranza, primera franquiciada del proyecto.
“Hoy Sabe la Tierra Pilar ya tiene nueve meses de puesta en marcha, aprendimos mutuamente en esta primera experiencia así que feliz también de que Sabe la Tierra pueda crecer y replicarse”, agregó la referente local.
El Mercado de Productores Sabe la Tierra ofrece desde hace cinco años el ámbito para que se encuentren productores y consumidores y pone en marcha un proyecto de triple impacto: social, ambiental y económico que ha resultado muy beneficioso para la comunidad.
Cada vez que Sabe la Tierra pone en marcha un nuevo mercado lo hace identificando a nuevos productores locales de cada zona, promoviendo de esta forma el desarrollo local.
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