Lunes 25 de Noviembre de 2024

Rotary Pilar Norte: Una fuerza más viva que nunca


  • Sábado 13 de Junio de 2015
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La clave del Rotary Club Pilar Norte, no es el asistencialismo, la beneficencia, ni el “dar por dar”. El secreto de este club rotario formado únicamente por mujeres, es el servicio. “La verdadera satisfacción es el beneficio a la comunidad”, cuenta Judith Figueroa, su actual presidenta. Este grupo de mujeres que se juntó en el año 2006, es un enorme valor para la comunidad de Pilar. Motivadas por el fin en sí mismo, Rotary Pilar Norte no pierde su tiempo en proyectos que beneficien al partido. Desde becas a los mejores estudiantes, pasando por concursos de dibujo y por compra de maquinaria para distintas instituciones, el paso de Rotary de mujeres genera cada vez más satisfacciones. ¿Qué se esconde detrás de este grupo que perdura a través de los años? “Nuestra distinción es que no hay una verticalidad, es un liderazgo horizontal; a veces somos presidentes y a veces somos rotarias -afirma Graciela Oriol, ex presidenta-, en un año se termina y hay que darle lugar para que todas puedan participar”. Aún con muchísimos proyectos pendientes, este grupo de mujeres nunca deja de trabajar. Nunca se acaba la búsqueda de fondos. Nunca se desalientan buscando más rotarios. Y, especialmente, nunca se cansan de seguir cumpliendo sueños. El RCPN cumple nueve años el 14 de junio, y como lo dice su presidenta entrante, María Cristina Franco: “Rotary en Pilar es una fuerza viva”. ¿En qué etapa se encuentra el proyecto de la compra del microscopio para el Hospital Sanguinetti? Judith: Estamos en plena búsqueda de fondos. Tuvimos la iniciativa por parte del jefe de neurocirugía del hospital, el doctor Kusznir, quien se contactó con nosotros. Nuestra idea es conseguir un club amigo del exterior que, junto a lo que nosotros recaudemos, nos ayude a la compra de un microscopio. En el hospital atienden muchas urgencias neurológicas por accidentes y tratan algunas patologías. Como no es de alta complejidad, necesitan derivar ciertos tratamientos y esperar los estudios de algún hospital de la provincia. El microscopio adelantaría muchísimo los tiempos, y sería posible hacer el diagnóstico en el mismo Sanguinetti. ¿Cuándo empezó el proyecto? J: El año pasado. El proyecto ya fue presentado por el gobernador electo de nuestro distrito para que otros clubes nos ayudaran. Además del microscopio para el Sanguinetti, presentamos otro proyecto para el Meisner, también relacionado a aparatología. Para la maternidad se interesó un club de Italia y para la nuestra se interesaron de Taiwán, Francia y de Pensilvania. Estos son solamente contactos por ahora. Ya se han mandado distintos presupuestos y es un tema que esperamos que se concrete en la próxima presidencia. Nosotros ya hemos hecho eventos y vamos a seguir haciendo, porque estamos hablando de un proyecto que va a costar 30 mil dólares. ¿Y los eventos son para la recaudación de fondos? J: Vamos haciendo eventos para poder lograr la plata, porque no nos regalan todo. Nosotros también vamos a tener que aportar y la única manera de hacerlo es realizando eventos. Así fue como se hizo el Buraco y el torneo de tenis. Es una cadena de favores: la gente colabora en los eventos y ayuda a ayudar. Por suerte nos fue muy bien y todo suma para poder poner nuestra parte, además de la ayuda del club amigo y de la Fundación Rotaria, la pata financiera de Rotary. Graciela: Lo que tiene esta fundación es que vive gracias a los aportes que nosotros hacemos. Por eso cuando vamos a pedir fondos para un proyecto, recibimos ayuda. En este caso, nosotros pagamos la mitad del microscopio, y la Fundación Rotaria nos da la otra mitad que falta. Y esos fondos se generan por los aportes de los rotarios. Por eso es tan importante esta internacionalidad que tenemos. Un extranjero puede interesarse por los proyectos de una ciudad que quizás nunca va a conocer. ¿Qué otros proyectos tienen? Cristina: Está funcionando todavía la campaña “Ver para aprender”. Se toma la agudeza visual de los chicos y el que presenta dificultades para ver, se le receta y entregan los anteojos de manera gratuita. Y en caso de que haya alguna cosa más, los chicos son derivados para una consulta con un especialista. Entre estos dos años, ya van a ser 6.400 chicos revisados de las escuelas públicas de Pilar. ¿Cómo surgió la idea de formar el Club Pilar Norte? G: Yo vengo de familia de rotarios. Mi padre fue rotario en Pilar por 50 años y siempre estuve muy relacionada porque las familias participaban de las actividades de Rotary. En ese entonces participé de la “Rueda Femenina”. Originalmente los clubes eran para los hombres, y las mujeres formaban una rueda que trabajaba paralelamente, con proyectos más chicos. Cuando la vicepresidenta actual, Celia Elena Cruz de Giay, me convocó a mí y a un grupo de mujeres, surgió la iniciativa de formar este club para mujeres. Al principio no entendíamos nada, pero después del primer año nos organizamos mejor y empezamos a trabajar muchísimo. C: Hemos hecho un grupo muy unido, que nos llevamos muy bien, y también con los hombres. Y que no nos dividan entre Rotary de mujeres y hombres. No hay tal enfrentamiento, nos llevamos muy bien y trabajamos en conjunto. Cada club tiene su estilo, su impronta, pero todos trabajamos por lo mismo: por el servicio a la comunidad. ¿Y cuál sería su impronta? J: A nosotras nos gusta estar en la reunión todo el tiempo trabajando. Trabajamos mucho. Pero también tratamos de que la reunión sea descontracturada, amena, sin perder el protocolo rotario. Trabajamos un montón pero buscamos divertirnos. No somos ni mejores, ni peores, somos diferentes. ¿Qué cosas tienen en cuenta a la hora de considerar un proyecto? G: Primero las necesidades de una comunidad. No donamos cualquier cosa porque sí, buscamos cuáles son las verdaderas necesidades. Después analizamos a cuánta gente afecta. Buscamos que el proyecto trascienda y beneficie a gran cantidad de gente. Y además, Rotary está pidiendo las horas-hombre que uno invierte en el proyecto. Eso es lo importante: el tiempo que uno le dedica. Esta es una organización de servicio voluntario, que demanda mucho tiempo que uno debe estar dispuesto a dar a la comunidad. C: Las necesidades a veces nos llegan y otras veces los vamos a buscar. Lo importante es que es algo que trasciende y continúe. En general, entre las mismas socias, si conocemos alguna necesidad que encaja en nuestros valores, la proponemos. Y hay veces que no, que al tener contacto con gente de la comunidad nos hacen pedidos. Y si el pedido encaja dentro de la solicitud de Rotary, lo proponemos y empezamos con el proyecto. No es poco haber llegado a los nueve años. G: Todo esto se mantiene gracias a la organización que tiene Rotary. Porque no es lo mismo reunirse para un proyecto que después se desarma. Rotary Internacional tiene una enorme trayectoria y nos indica un protocolo a seguir. No es como otras organizaciones que se reúnen para un único proyecto y cuando el proyecto se termina, no encuentran el motivo para seguir juntos. En Rotary nos une la amistad, el compañerismo, la internacionalidad, la relación con otros clubes. C: Además, Rotary busca dar capacitación. Mucha gente no siempre tiene acceso a ese beneficio. Y la otra cosa que ayuda, es que rotamos una vez al año. Si alguno se equivocó, el otro que sigue puede mejorar. Y si el club es tan bueno como el nuestro, cada socia trata de seguir ayudando con lo que hizo la anterior. Y como nosotras somos nuevas, tenemos mucho para innovar. Eso nos entusiasma, y la verdad es que tenemos un grupo que le gusta ayudar, y son esos proyectos los que nos hace mantener vivos.   Azul Rizzi

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