El conjunto dirigido por Rodolfo Depaoli empató 1 a 1 en su visita a Lugano por la última fecha y de esta forma mantuvo la categoría. El gol de los pilarenses fue marcado por Miguel Almada.
Después de haber desperdiciado dos oportunidades para mantenerse en la categoría, Real Pilar se encontraba ayer ante la última chance de quedarse una temporada más en el Campeonato de Primera D. El Monarca, en un partido trabado y con pocas emociones por parte de ambos equipos, consiguió un empate 1 a 1 en su visita a Lugano que le posibilita permanecer en la categoría hasta mediados de 2019.
El trámite del primer tiempo mostró un juego chato en el que se vislumbraron muy pocas situaciones de gol. Durante el mismo se notaba el nerviosismo que existía por parte de los jugadores de ambos conjuntos a la hora de la tenencia del balón, lo cual derivaba en jugadas friccionadas y muchos pelotazos en busca de los delanteros, los cuales prevalecían en la lucha aérea por sobre los defensores.
Por momentos bajaban la pelota e intentaban jugar, los dos con la misma idea de explotar las bandas buscando tirar centros al área. La primera llegada clara del encuentro fue para el local cuando a los 13 minutos Gastón Cueto remató de cabeza un centro desde la izquierda que Rodriguez con una magnífica volada descolgó del ángulo.
Real Pilar también avisaba con un tiro libre desde la derecha que Pastrana iba a cabecear apenas desviado a los 34 minutos de esa mitad. A los 37, los pilarenses iban a tener otra cuando Martínez iba a encontrar una pelota suelta en el área pero su remate fue frenado por un defensor.
A los 39 minutos cuando se jugaba la mayor cantidad de tiempo en campo del local, iba a ocurrir un acontecimiento que preocuparía a todos los seguidores del conjunto pilarense. Martín Ruíz iba a filtrar un pase en medio de la defensa monarca, el cual iba a encontrar solo a Gastón Cueto que iba a definir con gran jerarquía frente a Joaquín Rodríguez para poner el 1 a 0.
Se jugó la última ficha
Real Pilar salió con un hambre diferente a disputar el segundo período, con más entrega que fútbol fue metiendo de a poco a Lugano en su campo y lo dominó con claridad durante los primeros 15 minutos. El monarca estaba falto de lucidez para definir las jugadas que creaba, mientras que “El Trueno Naranja” buscaba lastimar de contra ataque con pelotazos al 9.
A los 60, los dirigidos por Rodolfo Depaoli iban a avisar con un cabezazo de Javier Martínez que llegaba sin fuerza al arco y quedaba en las manos del arquero. Mientras que cinco minutos más tarde iba a llegar el alivio para los de Pilar, Miguel Almada hizo honor a la ley del ex para entrar solo por el segundo palo, conectar de cabeza un centro desde la derecha y marcar así el empate tranquilizador.
Desde allí el partido se rompió y ambos se dedicaron más a cuidar sus arcos que a crear situaciones en ataque, aunque Real Pilar contó con varias claras para liquidar el encuentro sobre el final que no supo convertir.
Pero no se habla más, Real Pilar consiguió el punto que necesitaba para continuar en la Primera D y poco le importó la victoria de Claypole en cancha de Puerto Nuevo, ya que no le cambiaba en nada la ecuación.
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