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Construyeron un albergue para estudiantes secundarios en San Miguel de los Colorados, Jujuy, destinado a jóvenes de zonas alejadas que caminaban durante horas para asistir al colegio. Fue su trabajo final.
El joven arquitecto pilarense Leandro Pinheiro integró el grupo de estudiantes de la Facultad de Arquitectura Diseño, Arte y Urbanismo de la Universidad de Morón que fuera seleccionado por el Programa Académico de Asistencia Federal (PAAF! ), con la obra “Módulo Albergue para estudiantes en Jujuy”, para representar a la República Argentina en la Bienal de Arquitectura de Venecia 2018, en el marco de la muestra “Veìrtigo Horizontal”, organizada en el Pabellón Argentino de la bienal, por el ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.
La 16° edición se llevará a cabo desde el 26 de mayo hasta el 25 de noviembre de este año, en la zona Arsenal de Venecia y en otras zonas de la ciudad italiana. Con este emprendimiento, los estudiantes se recibieron de arquitectos el año pasado, desarrollando un proyecto solidario, gestionar su construcción con la participación de empresas afines, y donarlo a una entidad de bien público, municipio u organismo relacionado con el bienestar social.
Ayudando a la Puna
El grupo fue integrado por José Miguel Lagues Caballero, Florencia Tomalino, Marcia Velázquez, Cristian Álvarez, Leandro Pinheiro, Leandro Iannaci, Verónica Brautigam y Lucas Guerra.
Construyeron un albergue en San Miguel de los Colorados, a 65 kilómetros de Purmamarca, para niños de zonas alejadas que viajaban todos los días durante horas para asistir al colegio. “La investigación y proyecto del equipo aborda la necesidad de comprender a la arquitectura como un componente clave en la transformación social”, comentó a Resumen, Pinheiro.
Se trata de un módulo de vivienda pensado para alrededor de 50 niños de distintos parajes que caminaban para asistir al Colegio Secundario 51. Tras contactarse con la organización comunitaria “Amiguitos del Norte” viajaron a la zona.
Allí, el delegado comunal les dijo que necesitaban un albergue para la escuela, de no más de 30 metros cuadrados. A base de donaciones, estos estudiantes lograron hacer realidad el sueño de la comunidad aborigen.
“Está construido por ladrillos de adobe, material fabricado por la misma comunidad. Son dos cúpulas conectadas, una donde los chicos puedan pasar la noche y en la otra, funcionará la cocina y el baño. Ambas mantienen el frío en verano y el calor en invierno”, explicó Pinheiro.
La obra se inició en octubre de 2016. "Al principio nos miraban con desconfianza, pero cuando vieron que nos instalábamos a trabajar, todo cambió. Se sumaron y todas las familias colaboraron, hasta fabricando ladrillos de adobe en sus propias casas. La respuesta y el reconocimiento de la gente fueron enormes. Para nosotros, es una experiencia única" remarcó el joven.
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