Tras la caída de la Selección Nacional por 1-0 ante Alemania en el tiempo suplementario de la final del Mundial, cientos de pilarenses se acercaron a la plaza 12 de Octubre para reconocer la tarea de los dirigidos por Alejandro Sabella.
La ilusión llegó hasta la estación final pero esta vez no pudo coronarse con el título. Pese a haber redondeado un gran mundial y llegar a la final luego de 24 años, la Selección Argentina de Fútbol cayó por 1 a 0 frente a Alemania en tiempo suplementario y finalizó como subcampeón de la Copa del Mundo de Brasil.
Mario Götze marcó el único tanto de la definición tras 113 minutos de juego en el estadio Maracaná de Río de Janeiro y se quedó con el trofeo más deseado. Antes, en los 90 minutos reglamentarios, los dirigidos por Alejandro Sabella habían tenido las chances más claras pero no supieron aprovecharlas y lo pagaron caro. Párrafo aparte merece el claro penal que el arquero alemán Manuel Neuer cometió sobre Gonzalo Higuaín.
En los primeros minutos posteriores al gol de Götze y el triunfo alemán, el silencio se apoderó de las calles pilarenses. Sin embargo, poco a poco comenzaron a escucharse algunos fuegos artificiales y tibias señales de aliento de personas que salían a la calle pese a la derrota.
Así, mientras la amargura ganaba el rostro de los jugadores argentinos en el campo de juego del mítico estadio brasileño pese a completar un excelso campeonato, una gran cantidad de pilarenses salió a la Plaza 12 de Octubre a festejar el segundo lugar y dar su apoyo a los 23 hombres convocados por Sabella.
Aunque el número de gente fue menor que luego de la clasificación a la final tras el triunfo sobre Holanda, no faltaron los cánticos, los cuerpos pintados, bombos, redoblantes, banderas y cornetas para espantar la tristeza de la derrota.
El Municipio y la Policía dispusieron un gran dispositivo de seguridad impidiendo el acceso de automóviles a la plaza central. Los efectivos se apostaron en las esquinas del espacio verde, aunque dentro de éste no se vio presencia de uniformados. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido en la zona del Obelisco en Capital Federal –e incluso en los festejos del último miércoles en Pilar y Derqui-, no hubo ningún tipo de desmanes.
Queda la bronca y la impotencia de haber estado tan cerca de acariciar la copa, pero la tranquilidad de que los jugadores mostraron total entrega. Por eso, el público argentino respondió con amplias muestras de cariño. Y Pilar no fue la excepción.
http://youtu.be/FCrAzfsIJtI
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