Tras la reunión en Pilar, los obispos lanzaron una fuerte reflexión sobre la sociedad. Alertaron sobre la violencia, el crecimiento del delito, la corrupción y rechazaron la estigmatización de los pobres y los linchamientos.
Tras el encuentro realizado en el predio El Cenáculo-La Montonera de Pilar, la Conferencia Episcopal Argentina advirtió hoy que la Argentina está “enferma de violencia” y aseguró que “los hechos delictivos no solamente han aumentado en cantidad sino también en agresividad".
“Una violencia cada vez más feroz y despiadada provoca lesiones graves y llega en muchos casos al homicidio. Es evidente la incidencia de la droga en algunas conductas violentas y en el descontrol de los que delinquen, en quienes se percibe escasa y casi nula valoración de la vida propia y ajena”, plantearon los obispos argentinos.
Estas afirmaciones están contenidas en el documento “Felices los que trabajan por la paz”, que dio a conocer hoy la CEA en el cierre de su 107° asamblea plenaria.
La Iglesia afirmó que la corrupción tanto pública como privada es "un verdadero cáncer social, causante de injusticia y muerte" y lamentó que en el país se promueva con frecuencia "una dialéctica que alienta las divisiones y la agresividad".
El plenario episcopal, que preside monseñor José María Arancedo, arzobispo de Santa Fe, reclamó “no responsabilizar y estigmatizar a los pobres por ser tales” como responsables de la violencia y los delitos.
Palabras de Lozano
El obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, aseguró que la intención fue brindar una reflexión más amplia sobre el tema y alentar a quienes trabajan por la paz, aunque advirtió que la sociedad “está pasando por un tiempo de enfermedad y violencia”.
“Es una preocupación. Esto se manifiesta tanto en el destrato verbal, los insultos y distintas situaciones a las que muchas veces nos hemos acostumbrado: gente durmiendo en la calle, niños pidiendo monedas en los semáforos, familias sin vivienda, maltrato a los migrantes y otros tantos casos”, afirmó el obispo minutos después de difundirse el documento.
Lozano también advirtió que aumentó la cantidad y la gravedad de los hechos delictivos: “Hay una mayor agresividad. El homicidio nunca es explicable, pero menos cuando sucede para robar un auto o unas zapatillas. Hay un clima de agresividad creciente y de ferocidad mayor en el cometido de los delitos, y a veces viene ligado a situaciones de consumo de drogas o al narcotráfico”.
Asimismo, el obispo de Gualeguaychú calificó a la corrupción como un “cáncer social”. Definió que “el modo en que se va generando cierta impunidad es una estafa social” que se suma la estafa económica, y recalcó que es muy importante “la necesaria ejemplaridad de quienes tienen distintos grados de responsabilidad en la nación”.
Por último, Lozano rechazó la “estigmatización de los pobres”, los linchamientos y “cualquier forma de la llamada ‘justicia por mano propia’”.
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