Jueves 21 de Noviembre de 2024

Padre Tomás Llorente: Medio siglo al servicio de Dios y de la comunidad de Manuel Alberti

El cura de origen español será homenajeado por la comunidad en la Parroquia Santa Rosa de Lima y en la cuasi Parroquia Santa Teresita del barrio De Vicenzo, en la que hace 12 años es el párroco. Ligado a la educación desde su ordenación en Madrid, es el responsable de grandes obras para la comunidad albertina, por la que siempre luchó por su identidad pilarense.


  • Lunes 28 de Junio de 2021
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El cura de origen español será homenajeado por la comunidad en la Parroquia Santa Rosa de Lima y en la cuasi Parroquia Santa Teresita del barrio De Vicenzo, en la que hace 12 años es el párroco. Ligado a la educación desde su ordenación en Madrid, es el responsable de grandes obras para la comunidad albertina, por la que siempre luchó por su identidad pilarense.

Este martes 29 de junio, el padre Tomás Llorente, párroco de la cuasi Parroquia de Santa Teresita en el barrio De Vicenzo, ubicada sobre colectora de Panamericana, será homenajeado por la comunidad de Manuel Alberti, al cumplirse 50 años de su ordenación como sacerdote de la congregación de La Sagrada Familia.

En diálogo con Resumen, el religioso realizo una reseña sobre su trayectoria pastoral, mayormente centralizada en la localidad de Manuel Alberti, donde el destino quiso que se radicara y luchara por su reconocimiento como la pujante localidad en que se ha convertido hoy.

“Hace unos días se comunicó conmigo Rosita Vargas de la Casa de la Cultura de Manuel Alberti, en representación de un grupo de vecinos que tenían la idea de agasajarme -relató Llorente a nuestro medio-. En principio iba a ser una pequeña reunión de una decena de personas, pero después la noticia se masificó y creo que este martes a la mañana serán muchos más los que se sumarán a la amable convocatoria. El lugar elegido  será la Parroquia Santa Rosa de Lima por la mañana, en el marco de una misa que se repetirá luego a las 18”.

El sacerdote reside actualmente en la residencia que él mismo construyó en un terreno aledaño a la iglesia. “Allí convivimos cinco sacerdotes, de los cuales continuamos activos tres”, detalló Llorente, que se ordenó en Madrid hace 50 años.

“Ni bien me ordené, la superioridad me envió a un colegio en Palencia donde estuve durante dos años. Mi sueño como sacerdote recién recibido era misionar en América, más específicamente en Chile, pero el destino me tenía reservado que mi vida sacerdotal transcurriera en la Argentina. Tras un breve paso por Alemania, me informan que en la localidad de Tortuguitas, había fallecido a causa de un accidente uno de los párrocos de la Iglesia Nuestra Señora de Fátima y que yo debía reemplazarlo, en principio por tres años, que finalmente fueron nueve. Por cuestiones de cercanía me vine a vivir a Alberti, donde pronto me aquerencié”, relató el sacerdote.

“Todo me ligaba a Pilar, tanto que el registro para manejar lo tramité en Pilar, porque era más sencillo el trámite que en San Miguel. Finalmente, en 1982 me trasladan a Manuel Alberti y a partir de ese momento hice toda mi vida pastoral en esta localidad que tanto quiero. Me había propuesto antes de mi viaje a Argentina, que no iba a dedicarme a la educación, pero como decía, el destino me tenía preparado como misión principal, colaborar en ese aspecto en la tarea pastoral”, recordó.

“Cuando llegué a Alberti, me encontré con los recordados tranvías que obraban como aulas escolares y me propuse crear un colegio, misión que se cumpliría años después cuando fundé el Colegio Santa Rosa de Lima. Comenzamos con el gimnasio y gracias a generosas donaciones que recibimos pudimos construir con la ayuda de la comunidad el edificio de la escuela. Después, los esfuerzos se volcaron a la iglesia y se pudo construir el edificio de la Parroquia Santa Rosa de Lima frente a la plaza y a partir de allí, varias capillas en toda la zona y el Hogar de Ancianos. Creo que lo que me empujó a construir fue una manera de combatir muchos momentos de depresión que pasé en mi vida. Encontraba paz y sosiego en la tarea que me ayudó mucho en mi vida personal y eclesiástica”, confesó a Resumen el Padre Llorente.

Por la identidad de Manuel Alberti

Pero la tarea del padre Tomas no se centró en la labor educativa y eclesiástica, ya que desde que se radicó definitivamente en Manuel Alberti, enfocó su labor comunitaria en el reconocimiento de la localidad como parte importante del partido de Pilar, como en 1994 cuando con el recordado ex concejal y pro hombre de Manuel Alberti, José Iacurto, lucharon por la continuidad de Alberti como localidad de Pilar, cuando la intención de la Provincia era anexar ese territorio al partido de Malvinas Argentinas, o cuando se logró el asfalto de la calle Yrigoyen a Panamericana.

“Esa calle se llamaba originalmente Santa Rosa de Lima, pero luego por una de esas decisiones políticas casi incomprensibles, se le cambió el nombre por Hipólito Yrigoyen –recordó con enojo Llorente-, esa vía de comunicación debió conservar el nombre de nuestra Santa Patrona”.

El sacerdote cumplió además importantes cargos eclesiásticos en el Obispado, siempre orientados a su labor educativa. “Fui vicario episcopal en Educación primero con Expósito Castro y luego continué en la misma función con Monseñor Rey con el que fui vicario además de Economía. Con Oscar Sarlinga fui Vicario General de la Diócesis y no fui convocado por el actual obispo Pedro Laxague, lo que me dio mayor tranquilidad en mi labor eclesiástica, porque me pude dedicar a mi trabajo pastoral en Alberti y zona de influencia de manera más precisa y con mayor libertad”, reconoció.

En el diálogo con Resumen, Llorente recordó cuando fue tentado políticamente para ser candidato a intendente de Pilar. “Me encontraba yo en España porque había fallecido mi padre –recordó el sacerdote- y estando allí me propuse quedarme con mi familia y acompañar a mi madre y a mis hermanos. Éramos 13 hermanos en total, y ahora quedamos siete –apuntó Llorente en la entrevista-. Pero mi madre me sugirió que volviera a Argentina a continuar mi misión pastoral”.

“Cuando volví recibí la propuesta de ser candidato a intendente por una agrupación política que iba a competir en las elecciones, pero tras meditarlo preferí desistir de la idea, ya que conociendo las concesiones que sé por experiencia deben tomar muchas buenas personas que ingresan a la política, me iba a encontrar seguro con grandes problemas de conciencia en ese aspecto”, manifestó.

Con 77 años, el Padre Tomas Llorente no piensa todavía en el retiro en su trabajo misional. “Estoy teniendo charlas con superiores de mi congregación y es muy probable que pueda desarrollar un cargo de responsabilidad dentro de la Sagrada Familia”, adelantó el sacerdote, que mientras tanto sigue su labor eclesiástica en la cuasi Parroquia de Santa Teresita.

Foto: Archivo de Resumen

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