A pesar de que la inflación ronda en el 2 por ciento mensual, los valores de la carne siguen en alza. Durante esta semana los precios aumentaron entre un 10 y un 12 por ciento, debido a la reducción de la oferta en el mercado de hacienda. Esta escasez de ganado en el Mercado Agroganadero de Cañuelas (MAG) llevó a los frigoríficos a aplicar un ajuste del 7 por ciento, tendencia que se mantuvo durante tres jornadas consecutivas y terminó trasladándose a las carnicerías.
Este incremento llega en un momento complicado para los consumidores, que ya venían ajustando sus gastos por el encarecimiento de productos básicos. Además de que febrero y marzo suelen ser meses difíciles para el bolsillo debido a los gastos asociados al inicio del ciclo lectivo.
El impacto de la crisis se refleja en los hábitos de consumo: a lo largo del año pasado, por primera vez, el consumo de carne de pollo superó al de carne vacuna. Además, según un informe del Instituto para el Desarrollo Agroindustrial Argentino (IDAA), el consumo per cápita de pollo alcanzó los 49 kilos anuales, mientras que el de carne bovina cayó a 46,88.
A su vez, el informe del IDAA detalla que entre diciembre de 2023 y noviembre de 2024, la faena de ganado vacuno se redujo un 6,3 por ciento mientras que la producción de carne vacuna cayó un 5,5 por ciento en comparación con el mismo período del año anterior. Estos motivos explican el aumento, lo que lleva a los consumidores a comprar pollo, que supo mantenerse.
Desde la carnicería Mauro, en diálogo con Resumen señalaron que las ventas bajaron en comparación con diciembre, ya que muchos consumidores priorizaron sus vacaciones. Sin embargo, algunos cortes como el asado y el vacío siguen siendo los más demandados.
Con la oferta de hacienda restringida y un consumo en caída, la incertidumbre sobre la evolución del precio de la carne se mantiene, en un escenario en el que los argentinos parecen estar cambiando sus preferencias alimentarias por necesidad más que por elección.
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