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Tras el abandono, el representante de Del Viso aseguró que muchos de los pilotos contaban con el beneficio del auto de asistencia. La segunda etapa fue la más dura de la carrera y dejó fuera a 62 competidores.
Luego de quedarse con las manos vacías en su quinta participación dentro del Rally Dakar, Roberto Naivirt, que compitió con una Toyota Hilux, hizo un crudo relato de lo que le tocó vivir y manifestó ciertas irregularidades que se presentaron en la carrera y que habrían beneficiado a otros pilotos en una etapa dura, que unía Carlos Paz con San Juan, y que además dejó eliminados a un total de 62 competidores.
No obstante, el delvisense destacó lo sorprendido que estaba debido a lo complicada y extrema que era la etapa. “Rompimos cubiertas, hicimos 40 kilómetros en llanta, se nos rompió el semieje y nos quedamos sin gasoil. Una verdadera locura todo lo que nos pasó”, contó.
También agregó que, junto a su navegante, Alejandro Schilling, se quedaron sin agua frente a las altas temperaturas y que la situación llegó a ser casi mortal.
“Había peligro de que quedemos muertos ahí. No teníamos más agua. Nos metimos en la camioneta, y después de varias horas sentimos que alguien nos tocaba, era una médica de la organización que nos salvó la vida”, expresó.
“Pedimos que nos saquen, no dábamos más, estábamos exhaustos. La pasamos muy mal, me agarró desesperación porque no teníamos agua y no encontrábamos señal para comunicarnos. Llegué a orinar dentro de una botella para humedecerme la boca porque me moría ahí”, relató Naivirt con la voz quebrada.
Asimismo, contó que el mayor problema que debieron atravesar fue la rotura de las cubiertas. “Debíamos transitar por fuera del camino, porque tras el paso de los camiones todo estaba lleno de huellones. Nos encontramos con zonas de arbustos secos, ramas y ahí rompimos todas las cubiertas. Una verdadera locura. Nos mandaron al infierno, nos mandaron a quedar afuera de la carrera”, se lamentó el piloto.
Prioridad en el Dakar
Roberto Naivirt también se mostró enojado y sembró sospechas sobre la posibilidad de que haya habido beneficios para otros competidores.
“A muchos les llovieron cubiertas del cielo”, exclamó el piloto local que aseguró haber visto que ingresaban camionetas de asistencia, algo que está prohibido.
“Me duele mucho como corredor, porque ayer (por el lunes) no había autos con cubiertas sanas. Que entren camionetas de asistencia es algo que no se hace, no es justo y duele. De todos modos, qué sabor tiene la medalla al final si sabes que te engañaste a vos mismo”, reflexionó.
Finalmente, el delvisense agradeció el apoyo de los seguidores y mencionó: “Quiero pedirles disculpas a todos porque no pudimos pasar el segundo día. Es la primera vez que nos pasa esto, habrá que digerirlo y ver como seguimos. Volvemos a casa con mucho dolor encima”.
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