Se quedó con la tradicional Copa Santa Paula luego de ocho años sin títulos. En la final, derrotó a Los Robles Azul por 5,5 a 3.
Tras cinco meses de espera, porque el certamen comenzó en abril, se definió el torneo intercolegial por la Copa Santa Paula, donada en 1951 por los famosos hermanos Reynal en homenaje a su madre, doña Paula Llauró de Reynal; y la subsidiaria Zeus.
En primer turno se definió el trofeo mayor, que quedó en manos del Saint Catherine´s Moorlands “A”, que así quebró una racha de ocho años sin celebraciones. Le nuevo monarca venció a Los Robles “Azul” por 5,5 a 3, luego de recibir 1,5 de ventaja por su menor valorización de conjunto. De esta manera, Moorlands, con 12 títulos, quedó a cinco del máximo ganador del torneo, el Champagnat, que acumula 17 conquistas en el certamen. La última conquita de Champa fue en 2011.
Además, Mía Novillo Astrada, gran protagonista de la final y autora de un golazo para definir el partido, se convirtió en la segunda mujer que gana este trofeo, emulando a Camila Rossi, quien lo consiguió en 2010 con el mismo instituto.
El cuarteto campeón formó con Mía Novillo Astrada (0), Alejandro Agote (3), Cruz Heguy (1) y Nicolás Díaz Alberdi (2).
A continuación, en la definición por la Copa Zeus, el título fue para Miguel Di Gerónimo, que superó por 5 a 3,5 a Escuela del Alba a pesar de ceder 1,5 goles de ventaja por su mayor valorización.
Este elenco fue integrado por Máximo Lanz (0), Salvador Arrastúa (0), Ignacio Arbelbide (3) y Juan de Giovanángelo (0).
En la versión 2018 del certamen organizado por Asociación Argentina de Polo (AAP) participaron 12 equipos de entre 0 y 8 goles de valorización, en representación de nueve instituciones educativas de nivel secundario.
Antes de la final de la Copa Santa Paula, Rafael Cúneo Libarona, titular de la subcomisión de Disciplina de la AAP, dio una emotiva charla para los finalistas, en la que se destacaron los valores, el compañerismo y el respeto por rivales y árbitros. Tras el duelo, Mía Novillo Astrada y Javier Guerrero fueron galardonados con el premio Fair Play, que entregó justamente Cúneo.
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