La inversión, de casi 1 millón de pesos, se realizó en el marco del Plan de Alumbrado Eficiente, propuesto por el Gobierno Nacional.
Para mejorar la iluminación de las calles, tal como sucediera en otros partidos, en Pilar se concretó la compra de 150 artefactos LED de 20.000 lúmenes y otras 250 de 10.000 lúmenes, que reemplacen a las luminarias públicas y permitan disminuir el consumo de electricidad. Hasta ahí, nada raro, salvo por la empresa encargada de proveerlas: entre varias compañías que pujaban por quedarse con la licitación –como Phillips, Wisehood, Facoel, IEP, Coradir y Tel 3- se terminó optando por General Lyghting Systems (GLS), propiedad de Alejandro Jaime Braun Peña, quien es primo segundo del Jefe de Gabinete de la Nación Marcos Peña.
La firma –que se repartió licitaciones con la empresa Philco (ligada históricamente a la familia del Presidente Mauricio Macri y una de sus máximas competidoras) para el abastecimiento de luminarias en la Ciudad de Buenos Aires, Vicente López y Morón- consiguió, el pasado 20 de julio, la aprobación por parte de la Secretaría de Servicios Públicos de la Comuna para proveer luminarias al distrito por 994.110 pesos. El aval se terminó concretando luego a través del decreto 47/2017, dictado ese mismo mes de 2017 por el intendente Nicolás Ducoté.
De esta manera, el contrato –financiado por el Gobierno Nacional dentro del Plan de Alumbrado Eficiente (PLAE) estipuló la colocación de 400 artefactos en la remozada y ampliada Ruta 234, principal acceso a Presidente Derqui. El resto de las luminarias fueron compradas a la empresa Phillips Lyghting Argentina por 1.112.500 pesos.
Las lámparas importadas, a su vez, incumplen las especificaciones técnicas, elaboradas en conjunto por la Asociación Argentina de Luminotecnia (AADL); la Cámara de Industriales Eléctricos y Electrónicos (CADIEEL); y el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), pero promovidas por el Ministerio de Energía a través de la subsecretaria de Ahorro y Eficiencia Energética. Estas normativas proponen que los proveedores coloquen una tulipa secundaria para garantizar el funcionamiento de las luces y minimizar, de esa manera, el deslumbramiento que provoca el uso de esta nueva tecnología.
Como las luminarias que se compraron no traerán consigo esta tulipa, la inversión ya tiene a sus primeros detractores. Se trata de los dueños de más de una veintena de empresas del rubro radicadas en el país, quiénes señalaron que, a pesar del menor costo de los focos LED, el incumplimiento de la reglamentación vigente puede provocar que las luminarias se deterioren antes y encandilen.
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