Del garage a la Panamericana - El éxito de un emprendimiento que comenzó como una aventura familiar

Los Jarva empezaron a elaborar cerveza artesanal en el garage de su casa de Del Viso. Cuando menos lo esperaron, el pasatiempo terminó convirtiéndose en una reconocida marca. Hoy producen 120 mil litros anuales en su cervecería de Panamericana. Un domingo de 2011 comenzó el sueño de los Harvey o los Jarva, como les decían en el colegio sus compañeros. Edwin y Florencia, junto a sus tres hijos Edwin, Mike y Facundo nunca imaginaron que lo que empezó como un pasatiempo hoy sería su medio de vida. Por algún motivo, en esa sobremesa de hace seis años llegó la idea de fabricar cerveza, "googlearon" cómo se elaboraba, tomaron los utensilios de cocina, algunos ingredientes y pusieron manos a la obra. Poco a poco, como a quien se le despierta una nueva pasión, descubrieron que el sabor amargo de esa bebida les traería grandes satisfacciones. Comenzaron probando ellos y el resultado gustó, después convidaron a amigos y familiares, y les encantó. Tal es así que desde ese momento no hubo reunión familiar en la que falte la cerveza de los Harvey. Así esa "locura" de domingo empezó a transformarse en un serio emprendimiento familiar que hoy encaran con gran profesionalismo. El exquisito sabor de la cerveza Jarva comenzó a llegar a algunos bares que a medida que transcurrían los fines de semana empezaban a agrandar sus pedidos, la producción de la familia delvisense no daba abasto y el garage de la casa comenzaba a quedar chico. Así, Edwin -biólogo y hoy maestro cervecero-, su esposa e hijos, decidieron que ya era hora de dejar la acogedora cocina de su hogar y montar una planta de elaboración de su fabulosa cerveza artesanal. Alquilaron un galpón sobre colectora de Panamericana e instalaron su emprendimiento para poder atender la demanda de los clientes. Lo que comenzó como un hobby jamás paró de crecer. Pero tiempo después sintieron que faltaba algo más y así llegó la idea de que la planta de elaboración añadiera una cervecería, donde en un ambiente familiar se pudiera disfrutar de las 11 variedades de cerveza que hoy ofrece Jarva. Entre medio de esta historia del exitoso emprendimiento han pasado cerca de 15 concursos internacionales donde los sabores de los Harvey han sido premiados, como así también intensos seminarios donde han germinado ideas para traer nuevas variedades de cerveza, sin olvidar las recetas de la abuela, que hace que una de las variedades incluya quinotos, y en otras ingredientes como zapallo, canela, cardamomo, pimienta, mermelada de naranja o miel. Más allá de aquella loca idea, los Jarva toman muy seriamente su trabajo y tienen un fuerte compromiso con la comunidad. Desde acciones solidarias hasta una fuerte apuesta por el cuidado del medio ambiente y un ámbito de trabajo abierto para los empleados y sus familias. La cervecería trabaja bajo los parámetros de una empresa de Clase B, por ello la han equipado con muebles y materiales reciclados, sistema de tratamiento de efluentes y cuidado y reutilización del agua en los procesos de fabricación. Hoy producen 120 mil litros por año y sueñan con montar una fábrica de cerveza artesanal, siguiendo los mismos compromisos del bar instalado en Colectora de Panamericana, invitando a la comunidad a conocer a través de visitas guiadas el proceso de elaboración y llevar sus productos más allá de las fronteras de nuestro país.